1. He apostado lo que no debo apostar, y en ocasiones incluso he apostado a mi mujer también.


    Fecha: 01/06/2024, Categorías: Bisexuales Dominación / BDSM Gays Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... bailar, cuando ella comenzó a bailar con él, mientras bailaba sin soltarse de los brazos del, le dio la espalda y prácticamente comenzó a restregar su trasero contra el cuerpo de nuestro anfitrión, como si yo no existiera.
    
    Lo que, en parte de hacerme sentir muy avergonzado, me comenzó a excitar bárbaramente, ya que también vi el gran bulto que se le había formado bajo su pantalón a él.
    
    Yo estaba sorprendido por la manera en que mi mujer actuaba, fue cuando el viendo la cara que yo había puesto de sorpresa y vergüenza, me dijo. “No te asustes, yo tengo todo bajo control, para mañana ella no creo que recuerde nada, de lo que haga hasta ahora.”
    
    Y de inmediato le dijo en voz alta, pero de manera suave. “Querida, parece que tienes mucho calor, si deseas ponerte más fresca, no dudes en hacerlo, tu marido y yo comprendemos.”
    
    Él no había terminado de hablar, cuando mi mujer se ha quitado el vestido, sin pestañar siquiera.
    
    Quedándose únicamente con la semitransparente ropa íntima que tenía puesta, la que dejaba ver sin mucho esfuerzo, las oscuras aureolas de sus parados pezones, así como su depilado coño y hasta los labios de su vagina.
    
    Yo me comencé a sentir bien ridículo, por una parte, deseaba ver a mi mujer acostándose con otro hombre, pero por otra parte me daba vergüenza el verla actuar de esa manera, como si fuera toda una puta profesional.
    
    Eso sin contar la tremenda erección que todo eso me producía, mientras que el al tiempo que bailaba con mi mujer, acariciaba todo su cuerpo de manera desvergonzada, frente a mí, sin el menor pudor sacó los senos de ella de la copa del sostén, y ante mis ojos comenzó a tocarlos, besarlos, a lamerlos y a chupar sus pezones.
    
    mientras que en el rostro de ella se reflejaba una gran satisfacción y un total menos precio a que yo estuviese presente.
    
    Era como si se tratase de otra mujer, a la que por lo visto no le importaba que hubiera otra persona en la habitación, y eso para serles franco me excitaba muchísimo más.
    
    Nuestro anfitrión continuó bailando y acariciando todo el cuerpo de mi mujer, mientras que ella evidentemente lo disfrutaba intensamente, hasta que, de momento, él le dijo algo al oído y ella sonriéndose mientras tomaban asiento en un gran sofá rojo, lo acompañó.
    
    Apenas se sentaron él separó ligeramente las piernas de mi esposa, y ella como si fuera la cosa más normal y corriente, dirigió su rostro a las entrepiernas de él.
    
    Yo con cara de quien sabe qué, me les quedé viendo, pensé que ella se pondría a mamarle la verga a él, pero como no la tenía por fuera, eso me extrañó mucho y me dio curiosidad por ver que realmente hacían.
    
    Pensé que disfrutaría el que ella pasara su rostro sobre el enorme bulto que se le había vuelto a formar a nuestro anfitrión, pero eso no fue lo que hizo mi mujer.
    
    Con su lengua y dientes, bajó por completo la cremallera del pantalón, y con sus propias manos terminó de extraer el inmenso y grueso miembro del.
    
    Esa cosa realmente me ...
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