1. La Doncella (VIII): Pesadilla


    Fecha: 01/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Baron Ashler, Fuente: TodoRelatos

    ... necesita nada.
    
    Al oír la palabra Rocheforte, pronunciada correctamente en el idioma original, mi cuerpo se ha paralizado. He sentido al mismo tiempo un frío terrible y he empezado a sudar a chorro. Sudor frío. Es como si estuviera sudando agua helada. El corazón va tan rápido que no lo siento…
    
    Sancho baja, viene hacia mí. No dice nada. Me suelta los tobillos. Me quita las vendas.
    
    No sé si voy a poder caminar -la voz me ha salido débil, como un leve quejido.
    
    Yo te llevo, pero al llegar arriba intenta sostenerte en pie.
    
    Me rodea con sus brazos. Se pone de rodillas y me carga sobre su hombro. Se levanta y me lleva como a un gran saco. Le cuesta cargarme escalera arriba pero lo consigue. Me deja de pie en el centro de la estancia delante de dos monjes de hábito blanco y negro y expresión siniestra.
    
    Quitadle los grillos de las manos, dijimos que sin nada encima.
    
    Nunca pensé que no querría que Sancho retirara esos hierros de mis muñecas. Sé que lo que vendrá será peor.
    
    Una vez ha terminado, uno de los monjes me obliga a vestir un saco áspero con tres agujeros. Uno grande para la cabeza y otros dos más pequeños para los brazos. Ya me hicieron vestir así al salir de la cárcel.
    
    Lo peor no es el vestido. En cuanto lo he puesto, el otro monje se acerca con un objeto metálico. Parece un cepo para animales. Son tres piezas. Una plana y alargada en el centro y otras dos curvas, una a cada lado, unidas por una bisagra. El monje me obliga a colocar las manos a ambos lados de la tira central, inmediatamente coloca las otras dos piezas sobre la parte exterior de mis muñecas aprisionando mis manos. El conjunto lo cierra con un candado. Este artilugio mantiene mis dos manos pegadas delante, muñeca con muñeca. Sólo en un instante ya descubro que es más incómodo y restrictivo que los otros grilletes.
    
    Casi más miedo me da lo que veo ahora. Es un saco pequeño, con una soga alrededor del borde, anudada de forma que el sobrante de cuerda queda libre. Antes de que pueda pensarlo me ponen el saco en la cabeza, como una capucha. No veo nada… siento la soga apretando el cuello, no llega a estrangular pero impide que me lo pueda sacar.
    
    ¡¡¡Ayy!!! Uno de estos diablos tira por la cuerda sobrante. El otro me ha pasado la mano por los hombros. Me dirige. Seguramente, evita que me caiga. En estas condiciones mis pies descalzos me permiten sólo avanzar lentamente. Camino como un pollo descabezado. No sé a dónde voy. El saco deja pasar un poco de la fuerte luz del sol pero no consigo ver nada.
    
    Al poco de caminar a ciegas noto que los dos hombres se paran. Yo doy un paso más. ¡¡¡Ay!!! He chocado con algo duro a la altura de mis rodillas. Uno de los monjes me ayuda. Me pide que levante una pierna… Parece ser un carro y me hacen subir. Me llevan a lo que parece una esquina. Me sientan en el suelo… noto el tacto de la madera en el culo. Oigo ruidos metálicos. Siento algo duro en los tobillos. ¡¡¡Ahh!!! Me quitan el saco… ¡¡¡Ahh!!! Veo todo borroso. ...
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