1. La Doncella (VIII): Pesadilla


    Fecha: 01/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Baron Ashler, Fuente: TodoRelatos

    ... dicho el soldado, pueden pensar que soy una bruja. Nunca creí que la brujería existiera realmente, pero todos hemos oído hablar de los inquisidores. Se trata de monjes que actúan como fiscales y jueces en los casos de brujería o herejía. Son crueles, obtienen confesiones bajo tortura y casi todos los acusados terminan ejecutados. Es más, no se conforman con la horca o la decapitación, usan métodos más lentos y dolorosos.
    
    Esperar aquí me está matando. Intento intensificar la sensibilidad de mis oídos. Oigo bullicio que debe venir de fuera pero no puedo entender nada. Después de mucho tiempo, oigo pasos. Tiemblo cada vez más… creo que voy a explotar. Unos pies aparecen por la escalera…
    
    Es Sancho, viene solo. Eso me tranquiliza… Me habla:
    
    Han envuelto su cadáver en una manta. La columna sigue hacia la corte. Lo llevan con ellos para que su familia pueda enterrarlo. A su gente más cercana no le ha sorprendido tanto. Desde que llegó ha sido un hombre atormentado, que se levantaba de madrugada por no poder dormir. Comía demasiado, bebía demasiado… ya había sufrido episodios de mala respiración.
    
    ¿Y ahora quién me juzgará?
    
    No lo sé… Ha muerto el gobernador y estamos al borde de una guerra. Supongo que nombrarán otro gobernador.
    
    Pero a nadie le importo mucho…
    
    Cierto.
    
    Libérame.
    
    No puedo.
    
    ¿Por qué? No me conoces, no te he hecho nada…
    
    Es mi deber.
    
    Por lo menos suéltame las manos. Con los hierros en los tobillos no puedo escapar. No soy peligrosa. Soy una mujer débil y pequeña.
    
    Ayer noche ya vi lo peligrosa que puedes ser…
    
    Él se vuelve y camina hacia la escalera. No quiero quedarme sola ahora… Necesito pensar en algo para que vuelva.
    
    ¿Puedo pedir un pequeño deseo?
    
    ¿Qué? -ya tenía el pie en el primer escalón, se vuelve sorprendido, con cara de desconfianza pero sorprendido.
    
    ¿Puedo ver el valle desde lo alto de la torre?
    
    ¿Tú crees que te he invitado a mi casa? No es una casa ni eres una invitada. Esto es un puesto militar y tú estás presa.
    
    No le haremos daño a nadie…
    
    Duda, se da la vuelta, se aleja… se para, se da la vuelta. A regañadientes abre el candado de mis tobillos. Me señala la escalera.
    
    Me levanto con dificultad. Extiendo las manos hacia él, suplicando con mi lenguaje no verbal que me libere. Él pone cara de malo y vuelve a señalar la escalera. Me resigno, comienzo a subir.
    
    Me voy acostumbrando a la escalera, no me cuesta tanto subir. Pasamos por la planta baja, la puerta de la torre está cerrada por dentro. Pasamos por otros dos pisos, estancias redondas, un poco mejor iluminadas, porque ambas tienen una pequeña ventana cuadrada cerrada por dos rejas en cruz, poca luz de todas formas… Parece que se usan como almacenes, hay cosas amontonadas. Sacos, vasijas; también viejos escudos, lanzas y otras armas, todos parecen en desuso. El último piso parece ser donde vive Sancho. Hay muebles sencillos. Veo una cama rústica, una mesa, también una chimenea que usará para calentarse y cocinar. En ...
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