1. La Doncella (VIII): Pesadilla


    Fecha: 01/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Baron Ashler, Fuente: TodoRelatos

    ... esta habitación la ventana es más grande, la luz entra con fuerza por ella; veo el reflejo de esa luz en la pared, en él ve claramente como la ventana también está protegida por una reja.
    
    Llegamos por fin al exterior. La escalera termina bajo un tejadillo redondo, como una cúpula enana, sujeta por cuatro columnas.
    
    Respiro profundamente el aire puro. La terraza de la torre es una plataforma redonda con una barandilla almenada. Desde el centro de la torre no veo nada. Me acerco al pequeño muro para ver que no tiene nada de pequeño. La parte baja, entre cada dos almenas me llega a la altura del ombligo, deben ser al menos tres pies desde el suelo. La altura de las almenas es mayor a la de un hombre de estatura gigantesca, casi siete pies. Me asomo entre dos almenas, el grosor del muro es tal que puedo inclinarme sobre él sin que mi cabeza sobresalga por el otro lado.
    
    Voy mirando por entre todas las almenas. Veo el que fue el castillo de mi padre. La villa, en el centro se distingue el palacio condal. Veo tierras recién sembradas, otras aradas, todavía en preparación.
    
    Mirando hacia el lado opuesto, veo el camino de salida del valle. Por ese lado todo es seco, salvaje, la poca vegetación son arbustos espinosos. Descendiendo por el camino todavía se ve la lenta comitiva que traslada a Don Rodrigo muerto.
    
    Aunque ahora Sancho me soltara y me dejara salir de la torre, no llegaría muy lejos. Hacia el valle ya no puedo ir. Todos en la aldea saben que he sido prendida por ramera, aunque llegara a la villa sería detenida en menos de un día. Huir hacia el otro lado es peor… En veinte leguas no hay zona poblada, ni siquiera granjas, es muy complicado huir a pie por ese camino.
    
    Sancho está en el centro, justo en el final de la escalera. No se acerca ni habla, me deja disfrutar. Él ya debe haber visto esto muchas veces. De repente, habla:
    
    Creo que ya está bien, vamos a bajar.
    
    No, no quiero bajar. Hago que obedezco, me dirijo hacia él. Miro hacia abajo. Intento parecer sumisa. Cuando llego a su altura levanto las manos, las separo cuanto me dejan los grilletes, sujeto sus mejillas con cuidado pero con firmeza. Veo sorpresa pero también agrado en sus ojos.
    
    Tiro un poco hacia abajo. Es más alto que yo pero no me saca tanto… medirá cinco pies y medio. Intento llevar su boca a la mía. Él comienza a protestar, a refunfuñar… pero sólo protesta, no se resiste físicamente.
    
    Mis labios tocan los suyos. Intento introducir la lengua en su boca. Él no habla, mantiene los labios pegados, no me quiere dejar entrar. Pego mi cuerpo al suyo. Siento su cuerpo en mis tetas, siento su entrepierna a la altura de mi cintura. Aprieto tanto que siento su pene endureciéndose bajo la ropa.
    
    Pasamos un rato interminable así. Yo no pienso ceder, seguiré pegada a él hasta que se rinda. Él podría darme un bofetón ahora mismo y arrastrarme llorando a la mazmorra, pero no lo hace. Su polla ya está dura como una piedra. Al fin abre la boca. Mi lengua, ávida, entra ...
«1234...12»