1. La perversión me sedujo 4


    Fecha: 24/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: piesitos, Fuente: TodoRelatos

    ... esas escenas de BDSM del local? –preguntó Patricia.
    
    –Sí, moje mis bragas. –dijo Sandra.
    
    –Desde cuánto no has follado Sandra? –preguntó Patricia.
    
    –Si no es una pregunta que te molesta, claro. –dijo Patricia.
    
    –¿No me digas que desde que te acostarte con Sergio? –preguntó Patricia.
    
    –Si, has acertado, fue la última vez que me acosté con alguien. –dijo Sandra.
    
    –Y no fue una buena experiencia. –dijo Sandra.
    
    –¿Por qué lo dices si era muy guapo? –preguntó Patricia.
    
    –La tenía pequeña, y no me satisfecho sexualmente. –dijo Sandra.
    
    –¿Cuánto le medía? –preguntó Patricia, con curiosidad.
    
    –Unos 4-6 centímetros, creo yo. –dijo Sandra.
    
    –¡Joder, tía! –dijo Patricia.
    
    –Eso es una micro polla de esas que no sirven para nada. –dijo Patricia, incrédula de haber enterado el secreto de Sergio.
    
    –¡Pero no me avergüenzo, eh! –dijo Sandra.
    
    –No, no digo nada. –dijo Patricia.
    
    –Pero estuviste saliendo un tiempo, ¿Cómo te apañabas? –preguntó Patricia.
    
    –Pues manejaba bien la lengua, pero le solía hacer pajas con las manos y con los pies. –dijo Sandra.
    
    –Se volvía loco cuando lo masturbaba con dos dedos de los pies. –dijo Sandra.
    
    –Creo que es la medida justa para masturbar a un hombre si la tiene pequeña, pero si es más grande necesitas los dos pies para ello. –dijo Patricia.
    
    –¿Cómo has aguantado tanto tiempo sin follar? –preguntó Patricia.
    
    –Ah, ya sé. Te has estado masturbándote. –dijo Patricia.
    
    –Si. –dijo Sandra.
    
    –Supongo que mi vida sexual es muy triste y deprimente. –dijo Sandra.
    
    –No tienes consoladores ni nada por el estilo, o sea que te has masturbado a la antigua usanza, con la mano. –dijo Patricia.
    
    –No, he usado objetos, también. –dijo Sandra.
    
    –Un pepino, el boliche de mi cama, también la pata de mesa. –dijo Sandra, sonrojándose.
    
    –¡Joder, Sandra! –dijo Patricia.
    
    –Estás más salida que la pata de una mesa, ya sea dicho. –dijo Patricia.
    
    –O sea, que cuando estabas cachonda perdida, vamos en celo, te has restregado con las patas de la mesa, o de los muebles como una perra en celo. –dijo Patricia.
    
    –¡Qué locura, Sandra! –dijo Patricia.
    
    –Ahora que estás en la universidad, follarás más que en el pueblo. –dijo Patricia.
    
    –Me parece genial. –dijo Sandra.
    
    –De todas maneras, me lo pintas como si fuese pecado, como si hubiese cometido un delito. –dijo Sandra.
    
    –¡Qué estar sin follar tampoco es malo! –exclamó Sandra.
    
    –Si, tienes razón. –dijo Patricia, marchándose al salón para sentarse y ponerse alguna película, mientras se relajaba de toda la charla intelectual que casi, hizo que le explotara la cabeza.
    
    –¿Y tú con cuántos te has acostado? –preguntó Sandra.
    
    –Pues he perdido la cuenta con cuantos y con cuantas. –dijo Patricia, riéndose de risa.
    
    –¡Ja, ja, ja! –reía Patricia.
    
    –No sabía que eras bisexual. –dijo Sandra.
    
    –Yo tampoco hasta que lo probé una noche un poco bebida, di rienda suelta a lo que llevaba dentro y me descubrí por dentro, sacando lo que era en mi interior. ...
«1...345...9»