1. La perversión me sedujo 4


    Fecha: 24/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: piesitos, Fuente: TodoRelatos

    ... Serena.
    
    –No es ni la sombra de lo que era. –dijo Diana, algo intranquila como afectada por verla.
    
    La esclava siguió con las botas de Mara, que siguió el mismo procedimiento, para terminar, dejándoselos todos muy limpios.
    
    –He visto que a los esclavos os gusta lamer los pies. –dijo Diana, empezando a descalzarse para poner los pies en su cara, mientras ella se los restregaba, jugando con sus dedos hasta metérselos en la boca. –dijo Diana.
    
    La esclava se abrió de piernas y puso las manos detrás de la espalda, tensando las cadenas y pegando un gemido de placer y de dolor, sintiéndolo ellas al verla. –¡Aaah, Aaah, Aaah! –gemía de dolor la esclava. –¡Mmm, Mmm, Mmm! –gemía de placer la esclava.
    
    Diana había puesto los pies en su cara para que la esclava sacara la lengua como una perra y se los limpiara con su lengua, para luego ir metiendo los dedos hasta lamérselos y chuparlos, completamente.
    
    Repitió el mismo procedimiento con las otras amigas hasta que todas tenían sus pies limpísimos, relajados y descansados.
    
    –¡Qué suerte tiene Patricia de tenerte como su esclava! –dijo Mara.
    
    –Ya te digo. –dijo Diana.
    
    –¿Cómo te descubrió que te gustaban todas estas cochinadas? –preguntó Serena.
    
    –Tienes permiso para hablar, esclava. –dijo Serena.
    
    –Si, mi Ama Serena. –dijo la esclava, empezando a contar como le había dicho todo en estado de embriaguez, y que esa noche la sometió y la humilló, y que, desde esa noche, no puede vivir sin sentir todas estas cosas.
    
    –¡Abre la boca, esclava! –ordenó Serena, comenzando a escupirla dentro de ella, en su cara cuando fallaban. Una detrás de otra la fueron escupiendo hasta que tuvo la boca llena y le ordenaron tragársela.
    
    –Así me gusta, puta zorra, obediente y servicial. –dijo Serena, tirando de la cadena para hacer que las siguiera como una perra.
    
    –¡Vamos, síguenos, perrita! –decía Mara.
    
    –¡Ladra, esclava! –ordenó Serana.
    
    –¡Guau, guau, guau! –ladraba la esclava.
    
    –¡Ja, ja, ja! –reían ellas de placer de verla.
    
    –Bueno, nos marchamos. –dijeron ellas.
    
    –¡Cuídate, y trata que no te pillen en el hospital o te echaran de él! –dijo Serena.
    
    –Deberías de seguir jugando a esto, si te gusta, pero fuera del trabajo. –dijo Mara.
    
    –Porque como te descubren, puede que te echen o que te digan que no mezcles tu vida privada con la pública. –dijo Mara.
    
    –Si, mi Ama Mara.
    
    Entonces, besos sus botas y zapatos antes de que se marchasen.
    
    –¡Abre la boca, esclava! –ordenó Mara, para comenzar a escupirla nuevamente en su boca, en su cara y por su cuerpo hasta que se cansaron.
    
    –Trágatelo, esclava. –ordenó Diana.
    
    –Y comienza a lamer todos los escupitinajos de tu cuerpo, incluidos los del suelo, esclava. –dijeron ellas, marchándose, riéndose de ella.
    
    –¡Ja, ja, ja! –reían Mara y Serena.
    
    Sin embargo, Diana no se rio, guardó un extraño silencio.
    
    Esa mañana habían dado todos los regalos a todos los asistentes, por lo que se fueron muy contentos a sus casas. Patricia, se encontraba muy ...
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