La noche en la que el maduro que me adiestraba gano - Relatos Eróticos

La noche en la que el maduro que me adiestraba gano

... que a los segundos de hacerlo empecé a normalizar esa textura y ese sabor, unos minutos después y con Andrés mirándome con cara de perversión me ordeno que tragara para luego abrir de nuevo la boca y que comprobara que ya no quedaba nada en mi boca.

Tras haber tragado estaba feliz por haber superado la prueba y pensando que me iba a follar, sin embargo me miro serio y me dijo: Para que de verdad me demuestres que aprendes no hace falta solo un día, vístete y mañana vuelve al salir del instituto, vas a tener que demostrarme mas veces que estas dispuesta para que esto vaya por buen camino.

Intente pedirle seguir jugando, algo mas ya que yo estaba con un calentón muy gordo a lo que el de malos modos me respondió: Metete en la cabeza que en esta relación mando yo, tu aceptaste ser mío y si no cumples ya sabes cual es el camino. Tu estas para mi placer, cuanto antes lo entiendas antes seremos felices juntos.

Baje la cabeza, me vestí y me fui con un escueto beso de Andrés y con una extraña sensación que no era otra que la de su influencia haciendo efecto sobre mi empujándome a la sumisión tanto sexual como moral y eso seria el motor que me haría volver al día siguiente aun sabiendo que mi único cometido seria mamar y tragar.

Viernes tarde-noche, me levanto de su cama desnudo buscando mi ropa, por cuarto día consecutivo esa misma semana a comérsela hasta el final, su trato duro y la negación a tener sexo están consiguiendo que este cachondo siempre pero eso me estaban empujando a la vez a desmelenarme mas, a que perdiera mis manías de chico principiante, ese día había deseado que se corriera, sentía en mi que en pocos días había cambiado mi forma de encarar lo que el me pedía, ahora tenia mas ganas y solo esperaba el momento en que el me tratara duro. Había caído “en su juego”, me estaba llevando por el camino que él quería, los chicos de mi clase salían del colegio con las ganas de irse a entrenar a sus respectivos deportes o simplemente quedar con los amigos por la tarde y yo salía pensando en la mamada que le haría a mi “novio” de 36 años.

Mientras me vestía y me preparaba para irme Andrés se puso frente a mi y me dijo: Mañana vente mas tarde, un poco antes de cenar y así ya te quedas a dormir. Me fui a mi casa muy ilusionado, hable con mi madre quien sabia bastantes cosas ya que al ser madre soltera pues era muy abierta y liberal, doy gracias a mi suerte por eso ya que razono y me dijo que podía ir si yo quería y veía que la cosa estaba bien, que no había peligro.

Pase el sábado más largo de mi vida pero al final llegaron las 7 de la tarde, me arregle y me fui a casa de Andrés sobre las 8 y media, nada mas llegar fue todo normal, entre nos besamos y me dijo que había comprado una pizzas, las horneamos y cenamos charlando tranquilamente con un coulant de chocolate a medias como postre sentados en el sofá.

Una vez nos terminamos el coulant nos quedamos mirando, el con su sonrisa picara y segura, yo con mi risa tímida y nerviosa, ...