La noche en la que el maduro que me adiestraba gano - Relatos Eróticos

La noche en la que el maduro que me adiestraba gano

... y a la vez tan cachondo, era una sensación que no comprendía pero que me empezaba a encantar. Andrés puso su mano en mi barbilla y me hizo levantar la cabeza, nos miramos y me dijo: Vas a comérmela y me voy a correr, hoy te voy a avisar pero será la única vez que lo haga… Si quieres que esto funcione debes aprender a disfrutar de mi lefa, tragarla y jugar con ella, sino no follaremos hasta que aprendas o hasta que me canse y se acabe.

Esas palabras me sentaron como una losa sobre mi, no quería perder a Andrés bajo ningún concepto así que debía aprender y obedecer. Él sabiendo de la influencia que ya ejercía sobre mi dio un paso al frente cogiéndose la polla con la mano y diciéndome: Vamos allá, abre la boca putita. Yo empecé a mamar mientras el empezaba a gemir tímidamente y a balancear su cadera mientras me pedía que levantara la vista sin dejar de comérsela, su cara de felicidad absoluta mezclada con esa mirada pervertida y segura de quien sabe que tiene a un chico de 15 años dominado. Pasaban los minutos y él cada vez empujaba mas con su cadera su polla hacia mi, volvía a sentir ese olor a sexo en su entrepierna y ese sabor que conforme iba pasando el tiempo que mamaba mas intenso se hacia mientras el me decía que fuera mas lento, que pusiera mi lengua en su capullo y jugara con él de forma lenta, sin metérmela toda en la boca y al hacerlo el exploto en jadeos diciéndome entre ellos: Joder, ¿Dónde aprendiste a mamar? Porque en eso no voy a tener que enseñarte…

Mi vaga experiencia mamando provenía de todo mi verano anterior con él y anteriormente en 3 ocasiones con otro hombre maduro, pero debo confesar que si que había empezado a ver porno durante los meses previos y supongo que algunas ideas en ese tema pues había absorbido.

Entre sus jadeos volvió a empezar a mover su cadera, progresivamente cada vez más rápido, volviendo a empujármela toda dentro mientras yo la saboreaba con mis labios, había entrado en un trance de placer y excitación que se pauso cuando entre jadeos soltó: Sigue que ya falta muy poco guapo

A los pocos segundos puso su mano en el costado de mi cabeza y empezó a jadear mas fuerte, para acabar poniendo su otra mano en mi otro lado y gritar: ¡Me corro, prepárate que me corro!

Me inmovilizo la cabeza y tras dar varios toques de cadera su polla se quedo ¾ dentro de mi boca y un largo gemido vino acompañado de un chorro de lefa caliente que lleno mi boca mientras el me decía que no me la tragara aun, que aguantara mientras yo inmóvil ajustaba mi boca a la perfección con su polla, aguardando a que el goteo de su polla cesara mientras el seguía gimiendo… Tras 2 minutos aguantando el saco su polla de mi boca y me pidió que abriera la boca para enseñarle cuanta lefa tenia, lo hice y al verlo me ordeno que la moviera por toda mi boca, que mi lengua juagara con ella, que la saboreara. Lo hice y sentía como esa textura se pegaba a todo lo que había en mi boca y al mismo tiempo resbalaba debido a su viscosidad, reconozco ...