1. Todo lo que he hecho, por darle celos a mi esposo.


    Fecha: 11/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Hetero Infidelidad Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... estar fijando su atención en mi persona y no en lo que debía estar haciendo.
    
    Pero como eso me di cuenta de que no resultaba, decidí arriesgarme un poquito más, así que ya a eso del medio día, mientras mi esposo inspeccionaba el desarrollo del trabajo.
    
    Bajo el caluroso sol, salí al patio donde mi marido se encontraba con ellos tres, con la intención de coquetearle un poco, al momento en que les servía una sabrosa limonada bien fría.
    
    Los tres hombres de inmediato si me pusieron su completa atención, pero mi esposo ni cuenta se dio de que yo estaba parada entre ellos tres, únicamente cubierta por una bata de dormir algo translucida y bien corta hechas de encajes y de color negro, que uso para dormir, y aunque me esforcé porque mi marido se diera cuenta, él ni la más mínima atención me puso.
    
    Mientras que los tres obreros me di cuenta de que no perdían ocasión de mirarme descaradamente, aun frente a mí mismo esposo, que por lo visto estaba más interesado en la calidad del cemento que se estaba usando en la construcción de la piscina, que en como yo andaba vestida, frente a esos tres obreros.
    
    Bien frustrada regresé a casa, sabiendo que los tres obreros no me quitaban los ojos de encima, lo que en medio de todo me hizo sentir deseada por ellos tres.
    
    El domingo continuaron con el trabajo, y nuevamente comencé a caminar por toda la casa prácticamente desnuda, usando únicamente otra batita para dormir.
    
    Pero de color durazno, mucho más trasparente que la negra que había usado durante todo el sábado, sin mucho esfuerzo les permitió ver a todos ellos, que bajo la translucida batita de dormir, no tenía más nada puesto.
    
    Así que mientras ellos continuaban haciendo la piscina, yo me dediqué a trabajar en la parte del jardín donde tengo sembrada un sin número de flores, y varios árboles frutales.
    
    Ocasionalmente le solicitaba su ayuda a uno de los tres, para mover un matero, o para que me alcanzara alguna herramienta, mientras podaba alguna rama.
    
    Accidentalmente en ocasiones la bata se me abría, o yo me inclinaba hacía el frente para recoger alguna hierba, permitiéndole a los tres que vieran completamente, ya fuera mis parados senos, o mis paradas nalgas y algo más desde luego.
    
    En otro momento mientras movíamos alguno de los materos, de manera accidental, desde luego, yo restregaba mis nalgas contra sus cuerpos, sin el menor cuidado, y frente a la presencia de mi esposo, que para nada se daba por enterado.
    
    Ya a eso de las doce, cansada de hacer todo lo posible para que mi esposo me dijera algo, o me preguntase que era lo que me pasaba.
    
    Decidí invitar a los tres a que tomasen asiento en la mesa de la cocina y almorzaran con nosotros dos.
    
    A medida que les fui sirviendo la comida, sentía como los ojos de los tres albañiles los tenía clavados descaradamente en mis nalgas, mis tetas, y hasta en mi depilado coño, pero ya se lo pueden imaginar, mi esposo nada que se daba por enterado.
    
    Por lo que atreviéndome un poco más comencé ...
«1234...»