1. Los problemas de Ana (IV): necesitada de sexo


    Fecha: 01/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Frank022, Fuente: TodoRelatos

    Llegué a casa, y me fui directamente a la ducha. Las marcas de los latigazos seguían bien visibles y los labios de mi sexo seguían hinchados pero iban recuperando su color original. Al recordar lo que había sufrido tuve un estremecimiento, nunca más volvería a desobedecer porque no quería sufrir de nuevo aquella tortura.
    
    Los dos primeros días los pasé en casa sin hacer prácticamente nada porque hasta el jueves no tenía otra entrevista de trabajo. El miércoles por la mañana, al levantarme fui a la ducha y vi la insolente cajita. Debía obedecer y ahora era el momento. Después de secarme completamente abrí la cajita y tomé el huevo vibrador. Era bastante grande así que lentamente fui introduciéndolo en mi pobre vagina que quedó bastante llena. Recordé con amargura las palabras de mi dominador recordándome que él tenía el control completo sobre el artilugio y que no podría quitármelo hasta el sábado.
    
    Fui a prepararme el desayuno cuando noté un cosquilleo en mis entrañas. ¡El muy maldito había activado el vibrador! Así estuvo un buen rato, variando el grado de intensidad. Yo no pude probar bocado porque aquella cosa me estaba encendiendo e incluso me arrancó algún gemido involuntario. Afortunadamente, después de un cuarto de hora aquello paró dejándome continuar con mi rutina diaria.
    
    A media mañana ya me había olvidado del aparato cuando volvió a activarse pero esta vez provocándome pequeñas descargas punzantes. Las de mayor intensidad me obligaban a doblarme completamente, cayendo de rodillas al suelo.
    
    Cuando llegó la noche y me disponía a ir a la cama había recibido durante toda la jornada una tanda de descargas y 5 de vibraciones, entre 10 y 15 minutos cada una. Una vez tumbada en la cama otra nueva vibración inundó lo más profundo de mi sexo. No sé si esta vez porque la intensidad era mayor o por lo acumulado durante el día o bien por mi largo tiempo de abstinencia que mi excitación empezaba a ser preocupante. Notaba la humedad de mi sexo que, al no llevar bragas, no podía controlar de ninguna forma. Solté algún gemido e instintivamente mi mano fue a encontrarse con mi órgano del placer que estaba pidiendo caricias. Con solo rozarlo me estremecí, necesitaba correrme pero rápidamente me vino a la mente la tortura que había sufrido por mi desobediencia anterior así que retiré la mano e intenté relajarme, cosa harto difícil en mi penosa situación. Finalmente la vibración cesó y no sin dificultad, conseguí conciliar el sueño.
    
    Al día siguiente me despertó otra vibración intensa en mi vagina. No poco fastidiada logré levantarme pero la intensidad esta vez era tal que caí al suelo hecha un ovillo con mis manos intentando proteger externamente en balde mi zona púbica. La excitación era brutal y finalmente al detenerse noté como la cara interna de mis muslos estaba completamente empapada de mis fluidos. Necesitaba un orgasmo urgentemente pero sabía que no estaba a mi alcance si no quería recibir otro castigo. Así que, casi a la carrera, fui ...
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