1. Nuevo orden


    Fecha: 22/04/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    ... públicos, donde los sanadores la inmovilizaron del cuello, muñecas y tobillos, dejándola en la posición de rezo para que pudiera expiar sus pecados, después de que cada uno de los sanadores que pasaran cerca de ella, la bendijera con su semilla.
    
    Nunca se sabe cuanto tiempo pueda llegar a durar aquello, a veces los demonios son extraídos en un par de horas, a veces dura varios días, y alguna vez, cuando yo era muy pequeña, recuerdo que una mujer paso tres semanas en un altar hasta que dejó de gemir y suplicar su liberación, mientras los sanadores hacían su trabajo. Recuerdo bien que tras ser puesta en libertad, se arrodilló ante el sanador que la soltó y besó sus pies, rogando por una última bendición, pues no quería volver a ser tentada por el demonio de la rebeldía.
    
    La conmoción de la captura me distrajo lo suficiente, como para no estar plenamente consciente de que no había más mujeres delante mío. Mis mejillas se sonrojaron al saber que había pecado de curiosidad. Apenada, me disculpé con el sanador por mi falta de atención y sensatez. Él levantó mi túnica y tocó mi flor, moviendo sus dedos con agilidad. Un gemido escapó de mi boca.
    
    - Eres novicia ¿Cierto? - me preguntó.
    
    - Así es maestro - dije, haciendo una reverencia hacia él, inclinando un poco mi cuerpo adelante.
    
    - Pasa, te espera el maestro Abamawén.
    
    Caminé hacia el confesionario, atravesando un pasillo oscuro que pronto se vio iluminado cuando llegué al final, a una habitación blanca con cojines del mismo color, tirados en el suelo, encontrando a un hombre de piel oscura, sentado con las piernas cruzadas por enfrente de él, mirándome desde el centro de la habitación.
    
    - Pasa hija, siéntate conmigo, ¿Cómo te llamas?
    
    - Gracias padre, mi nombre es Hestia Abeyaném
    
    - Hermoso nombre, Hestia. Siendo esta tu primer purificación es necesario beber agua santa antes de comenzar. Esta será la única vez que un maestro sanador te servirá, así que debes agradecerlo y honrar la humildad de tu padre sanador.
    
    - Lo sé, padre, lo agradezco y me honra con su favor - dije, nuevamente bajando la cabeza en una reverencia. El padre Abamawén se levantó y salió de la habitación; momento en que mi vista vagó por los rincones de aquel lugar, hasta que mi padre regresó. Avanzó en mi dirección, se puso de cuclillas frente a mí y me extendió su mano portando una copa de cristal, que contenía una sustancia rojiza traslucida.
    
    - Bébelo de un solo trago.
    
    Tomé la copa y obedecí sin dejar de mirar a los ojos al padre sanador, así me dijo una de mis hermanas mayores que debía hacerlo. Al terminar regresé la copa a mi padre y me quedé quieta, él salió de nuevo de la habitación, entre tanto, yo comencé a sentir muchas cosas en mi cuerpo: un extraño calor me dominó, un cosquilleo comenzó a ser incesante en mi entrepierna y sentía que de mi vagina escapaba una gran cantidad de líquido; agité la cabeza pues la visión se me hizo borrosa y mi cuerpo se sentía cómo si estuviera ausente.
    
    Tras unos ...
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