1. (3) me fornicó mi sobrino


    Fecha: 12/04/2024, Categorías: Confesiones Autor: Olga, Fuente: TodoRelatos

    ... mi hoyito trasero con mucho esmero, pero estaba tan excitada que no le di importancia. -Ay, tía, que deliciosa se le ve la vagina con ese triangulito de pelitos que se dejó- ¿Te gusta? Me los recorté para ti. Salimos del baño y nos secamos. Él se quedó desnudó sin recato alguno, yo me metí bajo las colchas, Carlitos se acostó a la par mía, agarró mi calzón y lo olía como un degenerado, yo nunca olí los calzoncillos de Gerardo, que asco, pero todo se me olvidó cuando me empezó a tocar todo el cuerpo y nos besamos como dos enamorados, sus manos frotaban mis pechos de manera deliciosa, mis pezones rosaditos, brillaban sobresaliendo sobre mis amplias aureolas, se me pusieron duritos, luego bajó su mano y me subió el vestido, al tocar que no tenía ropa interior me lanzó una mirada pícara subiendo las cejas, se metió bajo las colchas y sentí su cálido aliento en medio de mis piernas, yo las abrí un poco más para facilitarle su tarea, empezó lengüeteándome la vagina, de arriba abajo, luego me metió la lengua, este niño la tenía la lengua tan larga como su pene, yo empecé a mover el pubis como queriendo que me llegara hasta la matriz, luego me metió dos dedos y se encargó de darle placer a mi clítoris, no se quedaba quieto, pasaba la lengua por toda la vagina, pero en uno de sus recorridos, sentí la lengua en mi ano, pegué un brinquito por la sorpresa porque eso nunca me lo había hecho Gerardo y me asusté -Déjese, tía, le va a gustar-
    
    Entonces me acostó boca abajo, me abrió los glúteos y por primera vez en mi vida pude sentir la delicia de sentir su lengua penetrando mi orificio anal, eso ya me lo había platicado una amiga, pero a mí siempre me pareció que era sucio, pero si a Carlitos no le importaba a mi menos, luego de que se dio gusto con mi trasero, me pidió que me parara sobre su cama apoyando mis manos en la pared, yo no entendía que quería hacerme este sobrino loco, pero obedecí, él se hincó entre mis piernas y empezó de nuevo a lamerme desde la vagina hasta mi ano, yo no podía dejar de moverme, esa caricia me estaba volviendo loca, me temblaban las piernas y me dejé caer en la cama erizada de placer, Carlitos me puso boca arriba, me subió las piernas y empezó a chuparme de nuevo, yo me sentía impúdica, perversa, sucia, pero no me importó, la lengua de Carlitos hacía magia en mis genitales. -Ay, tía, que rico le saben los licores de su vagina y su trasero es delicioso, tiene las nalgas duritas, muy ricas y blanquitas- Oírlo decirme esas cosas me encantó, Gerardo nunca me hablaba mientras hacíamos el amor, sentí tan rico que entonces yo también me atrevía a hablar: -Ahí Carlitos, que rico siento cuando me chupas el clítoris… así, mi niño… así… méteme toda tu lengua en mi trasero… ay… se siente divino… más… más, que rico- Entonces vino mi momento majestuoso, me metió dos dedos en la vagina, otro en el recto, los metía y los sacaba con maestría, se prendió de mi clítoris y empecé a sentir que se me iba la vida, gemí en un suspiro profundo y me ...
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