(3) me fornicó mi sobrino - Relatos Eróticos

(3) me fornicó mi sobrino

(3) ME FORNICÓ MI SOBRINO

-Hola Vicky ¿Cómo estás? Al final decidí esperarte solo para saludarte- Dijo la muy descarada, como si nada pasara -Estábamos en la habitación de Carlos platicando- ¿Te quedas a cenar? Dijo Vicky. -No sé, no quiero ser una molestia- Para nada, ya estás aquí, así que solo déjame ir a mi cuarto a dejar mis cosas y ya te atiendo. Antes de salir, Carlitos me besó la boca -Gracias, tía, estuvo muy rico- Y salió a saludar a su mamá, luego salí yo y la mirada de Mercedes me estremeció -¿Qué nos hiciste de cenar?- Me preguntó, Vicky. Pasta a la boloñesa, me queda muy rico, espero que les guste. Entonces preguntó Mercedes -¿Tienen vino?… ¿No?, no importa, yo siempre tengo un par de botellas dentro del carro, espérenme un momento- Y salió -¿Qué hace esa mujer en mi casa? ¿A qué hora vino?- No hace mucho, mamá, ya se iba pero como la invitaste a cenar…- Era lo menos que podía hacer, total es familia, ¿Hizo algo indebido?- No, no, para nada, solo vino a visitar a Carlitos. -Van a probar este vino, es delicioso- Mercedes, hace tiempo que quiero hacerte una pregunta, pero es un poco indiscreta. Dijo Vicky. -Házmela, me encantan las indiscreciones, los secretos y los chismes- Dijo, viéndome a los ojos, continuó Vicky: ¿De dónde sacas dinero para llevar la vida lujosa que tienes? Tú no trabajas. -Pues mira, a mis diferentes maridos los he desplumado hasta donde se dejaron, tengo mis ahorritos bien guardados, pero cuando hago como que me quedo corta de dinero, tengo “amiguitos” que me cumplen todos mis caprichitos ¿satisfecha?- Ya decía yo, porque por más que trabajo, nunca nos alcanza el dinero -No te preocupes, Vicky, eso va a cambiar muy pronto, en cuanto le quiten el yeso a Carlitos, ya le ofrecí un puesto en una de las empresas de mi marido- Que Dios te bendiga, eres una santa, mil gracias por todo lo que haces por nosotros. Luego dijo Mercedes con tono irónico: -¿Así que van a trabajar juntos?... le voy a mandar una carta al Papa para que te santifique, ya se imaginan “Santa MojiChata”- Y se echó a reír como una desquiciada. -Por lo menos Santa Mercedes si existe-

Serví la cena y Mercedes sirvió cuatro copas de vino -A la Chata no le des, ayer por estar bebiendo se cayó ¿Ya le viste la cabeza?- No es para tanto, Vicky, una copita de vino no la va a emborrachar y que haga locuras extremas, como meterse con Carlos. Me quedé tiesa como una estatua de mármol, sentía que se me leía en la frente mi enorme pecado, Carlitos tosió y evitó mi mirada -No lo digas ni de broma, La Chata sería incapaz, en cambio de ti lo espero todo- No te enojes, Virginia, sabes que me gusta jugar con perversiones, una copita de vino y otras cositas no se le niegan a nadie. -Está bien, pero solo una- Mamá, dijiste que venías en media hora y te tardaste menos- ¿A qué horas les dije eso? -No, fui yo la que se los dije, me imaginé que con el tráfico espantoso de esta ciudad te ibas a tardar como media hora, como sales a la cinco, en fin, fue una suposición… ...