1. El pasado de un ángel caído en desgracia


    Fecha: 12/04/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Lunatic Master, Fuente: TodoRelatos

    ... en un maravilloso orgasmo. Dejé salir su polla y me di la vuelta para besar a Livis, que me besó de vuelta.
    
    –Al final del día solo nos diferencia los roles que asumimos, durante muchos años me dediqué a comer pollas como tú hacías aquí.–comentó Livis–Y era la mejor en ello.
    
    –No te creo.
    
    –Nací hermafrodita, y súcubo, imagínate esa vida. Me hice puta cuando me volví adulta.
    
    –Así eres como eres.
    
    –Me criaron enseñándome a odiarte, que si mataste a muchos alas negras, que si eres una carnicera. Sólo luchabas por tu gente, quiero crear un vínculo contigo, de respeto, y sexo, seguido de dominación.
    
    –Por mi bien. –besé su mejilla.
    
    –Una vez le quité a un ángel como tú el supremacismo y el racismo a pollazos.
    
    –Esa historia me la tienes que contar.
    
    –Clamaba que yo era una zorra impura, que iba a matarme, que representaba todo lo que le asqueaba. Vino a matarme por qué sí, sin ninguna razón detrás más que esa. Combatimos.
    
    –Como no la derrotaras me enfadaré contigo.
    
    –La puse contra el suelo cuando salió derrotada. Le ponía cachonda ser humillada. Se resistió cuando comencé a masturbarla, al principio. Conforme le daba placer con mis dedos se olvidó de sus ideas malas. Entonces la desnudé, lentamente. Me ayudó a quitarle la ropa. La lujuria pudo con el odio, y ahí la tenía, montando mi polla al tiempo que ella me miraba como si fuera una cachorrita. "Te odio" dijo la racista entre gemidos, en sus últimos retazos de orgullo que le quedaban.
    
    –¿Qué hiciste con ella?
    
    –Le hice la pregunta de oro, le pregunté si había matado a más gente por sus malas ideas. Me confesó que no, después follarla y una mamada después, insistí y le saqué la verdad. Que quería matarme para impresionar a los suyos, pero que no había más víctimas. Sus amigos no eran tan inocentes así que los maté y me aseguré que tipa hacía algo de provecho con su vida.
    
    –Bien hecho, Livis.–chocamos las manos y la volví a besar.
    
    –Tengo más historias como esa, pero solo las contaré si vienes conmigo.
    
    –De acuerdo, yegua caprichosa.
    
    Livis se levantó y cogió su ropa. Se detuvo a mirar su atuendo y la apartó.
    
    –Huele mal, a ver si no habéis tirado el repuesto que dejé por aquí.
    
    Me levanté y busqué mi ropa en el armario. Mientras me vestía, no dejaba de mirar a Livis, es muy atractiva. Casi como si hubiera nacido para ser un arma seductora y letal. Su pecho estaba marcado por abdominales, y aunque no era muy musculosa se le veía que era una mujer atlética, pero a diferencia de mí, ella no tenía cicatrices. Siendo asesina, tenerlos sería símbolo de fracaso. También podría ser que los estuviera ocultando. Cuando volteó a mirarme, aparté la mirada solo para tener la suya sobre mi cuerpo. Cuando ya estábamos vestidas, se puso delante de mí, e inspeccionó mi cuerpo.
    
    –¿Qué miras?
    
    –Has luchado mucho, Nuriel.
    
    –Es lo que tiene la vida de soldado, y yo luché demasiado.
    
    –Yo nunca he vivido una guerra, fui puta, alejada de las guerras hasta que me ...
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