El precio que mi compañera me hizo pagar. Real - Relatos Eróticos

El precio que mi compañera me hizo pagar. Real

... bajara.

Accedí, me rendi a su mirada quería saber que pasaría después. Me metí la ralla. Fue tremendo y mientras estaba con los ojos cerrados me había preparado otra y luego otra. Tres me metí en un momento. Ahora su sangre estaba pegada en mi cerebro, me bajo por el gañote un sabor que no olvidaré nunca. Era indescriptible no hay nada igual. Me volví loco, quería hasta mas ella tomó el control de la situación, me tumbó en el suelo y me dio lo que deseaba, un manantial se abrió sobre mí boca. Lamía sin parar metiendo mi lengua hasta lo ma hondo de su coño un éxtasis sin igual. Cuando termino empezó a masturbarse. Ella estaba súper excitado y no tardó en correrse, soltándome otro manantial en mi boca aun más rico. Cuando termino la desplacé hacia delante y empecé a lamer su culo. Nunca había lamido un culo pero tenía los pensamientos más sucios que se pueden tener. ¿Sería por esas rallas del demonio? Metía la lengua sin parar por el ojete mientras ella disfrutaba como una perra. Le estaba follando el culo con mi lengua y mientras la metía y la sacaba se le salían los gases. Se estaba peiendo en mi boca y no me importaba. Era de locos lo que me estaba pasando. Se cambió de postura y se metió la polla que me iba a explotar de la erección que tenía y no paró hasta que me corrí dentro. Volvió a ponerme el coño en la boca y se corrió de nuevo. Que placer más tremendo. Como nunca en mi vida, el mejor polvo de mi vida.

Cuando todo se enfrió empece a preocuparme por lo las rallas, en que pasaría después y en como me afectaría eso.

Los días fueron transcurriendo con normalidad. Seguimos jugando a nuestros juegos en el trabajo y algunas veces quedábamos cuando podíamos dentro de lo que se podía.

Espero que os haya gustado la experiencia que viví con Elena. Para mí un placer compartirla, porque fue tremenda.

En una segunda parte contaré quienes más entraron en el juego que aquí no termina la cosa.