EL CAMINO DE SANDRA 7 y 8 - Relatos Eróticos

EL CAMINO DE SANDRA 7 y 8

... dos documentos, en el primero aseguraban que estaban allí por propia voluntad, sin que hubiese mediado coacción de ningún tipo, y que entendían que todas las transacciones que se pudiesen llevar a cabo, ya fuese alquiler, cesión o venta de esclavos, contaban con el beneplácito de todas las partes interesadas. Los organizadores especificaban que sólo se consideraba admisible la esclavitud voluntaria, cualquier otra posibilidad era inaceptable. El otro documento era un acuerdo de confidencialidad, obligaba a los firmantes a guardar secreto sobre lo que ocurriese en aquel evento. Tan solo podrían informar de forma escueta y sin entrar en detalles sobre las normas ni el desarrollo del evento, a quienes considerasen que podrían estar interesados en participar en próximos eventos. Andrés leyó los documentos de cabo a rabo y le parecieron razonables, así que los firmó, Sandra confiaba en su amo y firmó a su lado.

- Muy bien, a partir de ahora solo me dirigiré a Andrés, la perra es considerada un animal y por lo tanto se entiende que no tiene la capacidad de comprender nada. Voy a explicarte todo del tirón, si tienes dudas cuando acabe te las resolveré, lo primero es dejar los móviles en la taquilla y que tu perra se desnude, luego iremos al salón, Mariela y su perra ya están allí, ella te podrá ir presentado a gente y tú verás por ti mismo cómo suceden las cosas. Las normas son sencillas, le pondremos a la perra un collar del que cuelga una chapita, dependiendo del color de la chapita la perra estará disponible para unos u otros usos, te daré un juego de chapas y se la podrás cambiar cuando quieras y las veces que quieras, con una salvedad, solo se puede cambiar el color de la chapa cuando la perra no esté siendo usada. La gente que ya ha venido más veces suele tener claro lo que quiere permitir que se haga con sus animales, por lo que ponen la chapa adecuada desde el primer momento, para los nuevos recomendamos que no se ponga ninguna, eso significa que no se puede hacer nada sin consultar con el amo, se permite que los otros amos puedan tocar a las bestias sin limitación pero sin meter nada en sus agujeros. Bueno, los colores de las chapas, iremos de menos a más, la azul permite meterle los dedos en sus agujeros y hacer que el animal masturbe al amo que se lo ordene. La amarilla autoriza lo mismo más las mamadas y los cunnilingus, que siempre serán hasta el final tragando la corrida. La verde autoriza el uso sexual de cualquier clase y por cualquier agujero, la verde con un gran punto negro en el centro indica lo mismo pero respetando el culo, que no podrá ser follado. La roja además de lo anterior autoriza el castigo, siempre sin dejar marcas permanentes y sin llegar al desmayo, para torturas superiores es necesaria la aprobación del amo. La marrón solo autoriza el uso como urinario y papel higiénico, para que la bestia trague una cagada completa de nuevo es preciso el permiso del amo. Por último la blanca lo autoriza todo, con las limitaciones ya ...