1. Mis pintores favoritos


    Fecha: 02/04/2024, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hace unos pocos años compré el piso donde actualmente vivo. Como no tenía ninguna prisa por mudarme y mis vacaciones quedaban a la vuelta de la esquina preferí mantenerlo cerrado y vacío durante algún corto tiempo y aprovechar ese cercano mes de vacaciones para iniciar y supervisar las pocas reformas (cableado eléctrico, pintura, montaje de muebles, etc) y así evitar tener que pedir continuos permisos en el trabajo. La compañía con la que contraté la pintura y limpieza me advirtió que Julio era un mal mes ya que media plantilla estaba de vacaciones, que no les metiera ninguna prisa y que trabajarían a ratos y días o incluso fines de semana. .
    
    Llegaron mis vacaciones –un extremadamente caluroso mes de Julio- los electricista acabaron en apenas menos de un par de días e inmediatamente entraron "los 2 chavales pintores" que, tal como me advirtieron, entre rato y rato se pasaron casi dos semanas trabajando en mi casa. El primer día ya quedé alucinado por la belleza facial y corporal de ambos –cada uno en su estilo, uno moreno y el otro rubio bronceado- e incluso denotaban una elegancia, una educación y unas formas muy agradables. A diario y a deshoras me dejaba caer por mi casa para ver qué tal iba todo. Una de las primeras tardes al entrar en el piso me encontré que los 2 se habían despojado del traje de faena o mono y estaban trabajando en slips –y era lógico pues el bochornoso calor era insoportable-. Al verme entrar, uno de ellos –el rubio que desde el principio había destacado por su simpatía y naturalidad- me saludó y vino hacia mi para hacerme algunas consultas. Él, delante de mi, fue guiándome por todas las habitaciones y yo no veía más paredes que pintar que su propia esbeltez, sus piernas, su espalda, su slip medio bajado y marcándole todas esas apetitosas nalgas desde las que si iniciaba un hilillo de vello dorado que se extendía hasta su cuello y además agradable, simpático y guapetón: unos 26 años, rubio, algo bronceado, un físico estilizado, todo un tesoro. Al despedirme les hice una observación sobre su "peculiar atuendo" y el riesgo laboral de salpicarse con pintura y me contestó que aun estaban en fase de alisamiento de paredes y grietas y que cuando entrasen a pintar ya volverían a ponerse los monos por mucho calor que hiciera. También me dijo que "por si venía mi esposa o novia" estarían dispuestos a vestirse "decentemente". Les contesté que el único que iría por allí sería yo y que con el calor que hacía que vistiesen como más cómodos se encontrasen y que no tuvieran reparo en usar las duchas de la casa tantas veces quisieran.
    
    Una de esas tardes y no a la hora habitual sino sobre las 9 de la noche me dirigí a mi casa para ver sus progresos. Era tan tarde y además un viernes que no esperaba encontrar a nadie o ellos tampoco esperaban mi visita. Sin embargo, al entrar, escuché una radio a todo volumen , algunas luces encendidas pero no vi a nadie aunque del fondo del pasillo, de mi futura habitación, me llegaban unos sonidos a ...
«1234...»