1. En el Café a las 3


    Fecha: 01/04/2024, Categorías: Gays Autor: Jesus tsukishiro, Fuente: TodoRelatos

    ... espacio como pareja, perdón por pensar que tú serías lo que realmente me haría feliz, perdón por llevar meses organizando la pedida de mano y la boda, perdón por soñar despierto y creer en ti a pesar de que muchas personas incluyendo familia y amigos en común me decían de ti, perdón por no creerles.
    
    – ¡Deja de hacer dramas y de ridiculizarte, levántate Franco! – Javier sintiéndose humillado.
    
    Franco de levantaba, le miraba triste para rematar. – Perdóname por nunca haberte podido ser infiel cuando se me presentaban las oportunidades; por qué siempre juré en cada cumpleaños nuestro y aniversario que te cumpliría siempre y te sería fiel.
    
    – ¡Qué imbécil y ridículo eres! – Él le dijo a Franco.
    
    – Más ridículo quedaste tú al exponerte en que eras mi mantenido y sí, admito ser el imbécil de la relación por siempre solaparte tu holgazanería y nunca pedirte más en la relación.
    
    – Qué estúpido eres. – Javier con mueca de burla.
    
    – No, no, estúpido no, tú sí.
    
    – ¿Yo, por?
    
    – Por qué ni si quiera has tratado de negar todo lo que te he dado, no tienes cara para decir β€œesto es mío, yo lo compre”. – Javier se ponía más serio y agarrando la maleta, con la vista en alto se salía de la cafetería escuchando las habladurías que le daban en negativa a su forma de ser y comportarse en la cafetería.
    
    Uno de nuestros compañeros meseros que se encontraba afuera viendo de otro ángulo la situación, le gritaba. – ¡Ojalá para el taxi si traiga joven!
    
    La gente se reía de ese comentario, incluso nosotros a pesar de ser irrespetuoso, pero sinceramente se lo merecía; Javier le mostraba el dedo medio seguido de una mentada de madre para continuar su caminar digno y sin vergüenza alguna.
    
    Mientras, Franco se sentaba, sosteniendo las ganas de llorar intensamente y pidiendo la cuenta; poco a poco esas escenas se iban difuminando, regresando la calma en el café.
    
    Franco pagaba y se disculpaba con todos. – Buenas tardes a ustedes, mi más sentida disculpa por lo que presenciaron, no era mi intensión amargarles el momento, mil disculpas.
    
    Tomaba su saco y estando por irse, se regresaba con nosotros diciendo. – Por favor, lo consumido por esta gente cárguenlo a mi cuenta y manden la factura a mi oficina, gracias. – Él mostraba una sonrisa entre tristeza.
    
    – Sí claro joven, pero, ¿no es mucho? – Nuestro compañero en caja.
    
    – No, fue mucho el haberles amargado su estancia aquí en este grato lugar, lo menos que puedo hacer es pagarles su consumo y si se puede, que continúen consumiendo.
    
    – Bien, lo que usted diga joven. – El compañero en caja hacía el trámite para decirle. – Listo, su factura se le enviará cuando hagamos cierre.
    
    – Esta bien, con su permiso y nuevamente disculpas.
    
    Franco estaba por retirarse y bueno, nos acercamos a él para brindarle un cálido abrazo; algunas personas le miraban sintiendo empatía con el muchacho; de mí nació el regalarle galletas de nuez, vainilla y cacahuate para endulzarle un poco su tarde.
    
    Franco caminaba en ...