La borrachera de Shadow Angel - Relatos Eróticos

La borrachera de Shadow Angel

... a la espalda y lo dejó a sus pies. Se trataba de un arco corto junto con un carcaj de flechas que, a falta de su katana, se había convertido en una de sus armas principales junto con los dos sai que llevaba en el cinturón.

Mientras apuraba el margarita, Amy se levantó su ajustada camiseta, subiéndola hasta la altura de sus pechos, como si fuera un top, y empezó a examinarse el cuerpo. Había sido una noche dura, pero podría haber sido peor. En el vientre se apreciaban algunas magulladuras, y en la espalda notaba una pequeña abrasión. El resistente tejido anticorte de su uniforme la había protegido de lo peor. Ajena a los cuatro moteros que la devoraban con la mirada, ella continuó palpándose su vientre y su espalda, asegurándose que no tuviera nada roto ni ningún golpe grave. Los hombres habían detenido la partida de billar y se limitaban a contemplar la bonita silueta de sus caderas y la pálida piel de su espalda.

El aire del ventilador del local refrescaba su piel, sudada tras horas de esfuerzo intenso. Dejándose la camiseta subida, y viendo que ya se había terminado el margarita, Amy pidió un vaso de chupito que llenó con tequila y apuró de un sorbo.

- Ahhhh...- Suspiró, más relajada, mientras el seco licor bajaba por su garganta.

Mientras movía sus brazos y hombros, estirando sus agotados músculos tras horas de pelea, no tardó en notar un ligero ardor en sus mejillas a medida que el alcohol empezaba a hacerle efecto. Aún así, ella volvió a llenarse otro vasito. Desde lo sucedido con Tom, y sin contacto con sus amigos, se sentía muy sola en su apartamento y su vida se había convertido en aburrida monotonía. Levantarse tarde, compadecerse de si misma, y desde hacía dos días, repasar su información y vapulear criminales, para luego volver a casa era toda su rutina. “Total, sólo vivo a un par de calles de aquí” se dijo mientras apuraba el chupito “qué más da si por un día regreso tambaleándome un poco”.

- Disculpe, señorita.- Le dijo el Barman al ver que ella volvía a llenar el vaso.- Ese tequila es bueno, y caro. Entiendo que incluso las heroínas tienen sus noches malas y cualquiera es libre de ahogar sus penas como le apetezca. Pero si tiene intención de vaciarme la botella, me gustaría que antes liquidara lo que ha bebido.

La japonesa, que empezaba a estar un poco ebria, ladeó su cabeza enmascarada, mostrándole su mejor sonrisa mientras pensaba qué excusa inventarse. La cabeza empezaba a darle vueltas y su visión estaba algo nublada.

- Ahora no llevo dinero.- Balbuceó ella mientras se apretaba los brazos contra el pecho, intentando presumir de busto ante el Barman.- Puedo pagarle como quiera y cuando quiera. Mañana, por ejemplo.

- Lo siento, pero aquí no se fía. Normas de la casa. Y tus tetas no me van a pagar el alquiler ni las facturas de luz del local.- Dijo el hombre, adivinando sus intenciones.- Me gustaría que liquidase la cuenta en efectivo ahora.

El rostro de Amy torció una mueca de enfado. Movida por el ...