La borrachera de Shadow Angel - Relatos Eróticos

La borrachera de Shadow Angel

... haga de niñera. Ya eres mayorcita para asumir las consecuencias y riesgos de los líos en que te metes.

La chica giró el rostro como si quisiera decirle algo, pero desistió y salió del local sin decir nada. Descalza y tambaleándose avanzó por el callejón. Pese a su estado ebrio era en parte consciente de lo sucedido, y de lo que habría pasado de no ser por la intervención del Barman. Y aquello era lo que más la avergonzaba, que hubiese sido otra persona quién tuviese que intervenir en su defensa para evitar verse vendida a algún grupo criminal por un buen fajo de billetes. Aquella noche de borrachera podría haberle salido muy cara.

Apoyándose en las paredes, mientras agarraba sus botas, guantes y máscara con su mano libre fue avanzando por el callejón plenamente consciente de que en ese momento no podría defenderse si alguien la intentaba someter. Se cruzó con un par de individuos que le lanzaron alguna burla, pero no fueron más allá, seguramente, viendo su estado la confundieron con una borracha cualquiera, sin parar a pensar que esa bonita chica vestida de negro que avanzaba a trompicones pudiese ser nada más y nada menos que Shadow Angel.

Finalmente, logró llegar a la puerta de su edificio. Forcejeó con la puerta de entrada hasta darse cuenta que no llevaba las llaves encima. Como precaución, Shadow Angel siempre entraba y salía por la azotea a través de una ventana abierta de su piso, o bien por el antiguo aljibe que conectaba el alcantarillado con el trastero que tenía en el sótano. En ese estado, la opción de la azotea estaba descartada. Con la cabeza dándole vueltas, tardó más de una hora en encontrar el acceso a la alcantarilla. Finalmente, llegó al sótano del edificio y se metió en el ascensor.

Al llegar frente a su puerta, volvió a acordarse que no tenía llaves. Así que haciendo bajar el ascensor al piso de abajo, forzó la puerta del ascensor para alcanzar la escalerilla de mantenimiento, junto a la cual había una portezuela oculta que daba acceso a su habitación a través de un falso panel oculto en el armario. Con un estruendo y con la cabeza dándole vueltas aterrizó frente a su cama. “Menuda imagen estoy dando” se dio ella, avergonzándose por el patético aspecto que ofrecía. Arrojó las botas a un rincón de la habitación y se tambaleó hacia el salón-comedor, dejó el cinturón junto con el arco y el carcaj sobre el sofá, y entró en el baño a toda prisa. Sus sucios pies descalzos iban dejando marcas por el piso, pero a ella no parecía importarle.

Tras verter en el inodoro todo el contenido de su estómago, y con la mente algo más clara, se desnudó torpemente y metió su sucio uniforme en la pica para que se enjuagara.

- Amy, estás hecha una mierda.- Balbuceó mientras se tumbaba en la cama, completamente desnuda y sucia de sudor y otros fluidos.

La mañana siguiente.

Amy se levantó con un enorme dolor de cabeza, miró el reloj y eran casi las doce del mediodía. Al incorporarse, las sábanas se quedaron pegadas a su cuerpo ...