Fóllame tierno-¡Montañas de nata montada! - Relatos Eróticos

Fóllame tierno-¡Montañas de nata montada!

... luego le bajó las bragas para hacerla sentar en la mesa donde antes disfrutó de la copa de helado.

Echó nata en su sexo y su lengua hizo el resto de un placentero juego, donde su coño supo a nata y su placer se elevó hasta las nubes.

–¡Ay Puma! ¡Qué bien me lo comes! –dijo la Sra. Moon.

–Pues ya me estás debiendo algo, ¿no crees?

Puma se roció de nata su sexo tras despojarse del lindo vestido de camarera con el que servía en el establecimiento y su sexo depilado fue lamido con ansia por la Sra. Moon arrodillándose mientras ella subía su pierna y clavaba su tacón rojo sobre el sofá de skay igualmente rojo.

A sus pies la Sra. Moon lamía su raja y se comía toda la nata cuando la Sra. Swede tiró de su cabello y abriéndole la boca se la roció de nata pero acto seguido se agachó y comió la nata directamente de su boca, entrelazando sus lenguas ambas ya arrodilladas en el suelo y completamente desnudas.

La Sra. Swede terminó encima de la Sra. Moon restregando su sexo contra el de ella y viceversa. Gimiendo y jadeando sus bocas no pararon de comerse a besos mientras un poco marranas ellas, retozaban encima del suelo del local.

Puma la hizo levantarse y la puso de rodillas sobre un asiento, azotándole su enorme trasero para luego clavar su lengua en su raja y comer tanto esta como su oscuro agujero.

–¡Hoy te voy a dar otra sorpresa! –espera aquí le dijo una vez más.

Josephine no supo exactamente de donde salió, pero cuando la vio esta llevaba una especie de cinturón de cuero del que se había pegado una polla de goma justo donde esta debería estar de ser la Sra. Moon un hombre, así que maravillada y admirada la vio acercarse para luego sentir un nuevo azote en su culo seguido de una caricia untada en saliva de sus dedos sobre su sexo.

–¿Quieres que te folle, eh? ¿A que no te esperabas esto cariño? –le dijo Puma mientras implacablemente le clavaba aquella polla de goma en su raja haciéndola soltar un tremendo alarido.

–¡Si, sí! ¡Fóllame querida, fóllame! ¡Qué maravilla tienes ahí chica!

Así fornicaron ambas hembras en el local cerrado hasta que la iluminación de las calles se activó caído ya el sol en el ocaso.

Puma también disfrutó de los envites de su polla puesta en la cintura de la Sra. Moon, quien la folló entre divertida y excitada, sintiendo como la imitación de pene humano era como una extensión propia de su cuerpo.

Hasta se permitió lubricar su ano e introducir su polla de goma por este, haciendo que Puma se quejara de dolor y placer al mismo tiempo.

–¿Qué pasa querida? ¿Nunca te follaron el culo en la ciudad? –rio la Sra. Moon.

Puma se corrió por todo lo alto sintiendo su primer orgasmo culero, para luego tomar ella la polla de goma y hacer pagar con la misma moneda a su nueva a miga.

La Sra. Moon se corrió una segunda vez así, pues la primera fue en la boca de la Sra. Puma mientras esta chupaba su sexo con fruición, ahora sintió un orgasmo culero fenomenal, con aquella polla incansable ...