1. Fóllame tierno-¡Montañas de nata montada!


    Fecha: 22/03/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Zorro Blanco, Fuente: TodoRelatos

    ... momento cuando se me antoja me doy placer y bueno, se me suele antojar bastante –dijo dándole suavemente con el codo.
    
    –¡Oh pillina! –dijo la Sra. Moon sintiéndose cómplice de su decisión.
    
    Ahora se puso más seria y le hizo ella otra confesión.
    
    –Verás, a mí, mi marido ya no me va. No me atiende, no se ducha en definitiva no me gusta –dijo la Sra. Moon.
    
    –¡Ay hija, no sé! ¿Él qué edad tiene?
    
    –Recién ha cumplido los cincuenta y yo los cumpliré pronto por desgracia –dijo al Sra. Moon.
    
    –Bueno chica, supongo que a vuestra edad no podéis ser como una pareja de adolescentes ahí dale que te pego, ¿verdad? –le dijo la Sra. Swede soltando una carcajada.
    
    –Ya, él siempre quiere tema conmigo pero yo ya no tanto. Me gustan las sorpresas y otras cosas que se salgan de lo mismo de siempre –le confesó la Sra. Moon.
    
    –Te entiendo perfectamente, la rutina mata el deseo y todo a su paso –dijo la Sra. Swede–. Pero él, ¿te pega? –le preguntó de repente.
    
    –¿Pegarme? ¡No nunca! –dijo la Sra. Moon escandalizada por la extraña pregunta.
    
    –¡Claro, claro! Pero, ¿no bebe hasta emborracharse?
    
    –No diría yo tanto, a veces se pone sus wiskis, pero no hasta el punto de emborracharse.
    
    –Y por lo que cuentas quiere tema contigo, o sea que le gustas, ¿no?
    
    –Bueno siempre está dándome la brasa con que no follamos lo suficiente pero hija, qué quieres que te diga es que yo busco otra cosa –se esforzó por expresarle la Sra. Moon.
    
    Puma se quedó mirándola pensativa, lo que inquietó a la Sra. Moon. En el fondo nunca se había atrevido a confesarle algo tan íntimo a nadie del pueblo, pues no tenía ninguna amiga lo suficientemente íntima ni nunca la tuvo. Pero ella era extranjera en tierra extranjera y por una vez necesitó contárselo a alguien.
    
    –Pero él, ¿es trabajador? Trae dinero a casa y eso… –insistió Puma.
    
    –¡Si claro! Trabaja duro en la granja y de eso vivimos –dijo la Sra. Moon.
    
    –Pues qué quieres que te diga hija, entiendo que quieras algo diferente, pero nada de lo que me cuentas me hace pensar que sea un mal hombre. Lo único que te puedo decir es que lo traigas un día y que lo conozca si quieres una segunda opinión chica pero, con la de capullos que hay por ahí sueltos, no parece que el tuyo sea el más capullo –le dijo dejando planchada a la Sra. Moon.
    
    La cosa se puso delicada, pero Puma en seguida reaccionó y puso una música alegre y levantando a su clienta de la silla se puso a bailar con ella.
    
    Muy azorada, la Sra. Moon no paraba de mirar por las ventanas del local, pensando que algún paisano las viese bailando y se sintió ridícula. Algo que notó la Sra. Swede y sabiamente corrió las cortinas, pues ya era casi la hora de cierre.
    
    –Tranquila chica, sé que estás nerviosa porque aquí todos os conocéis, tal vez por eso has confiado en mi –dijo la Sra. Swede girando el cartel de la puerta para que desde fuera se leyera “Cerrado” y bajó la cortina de lamas girándose para tener más intimidad.
    
    Ahor la Sra. Swede tomó por la cintura a su ...
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