Mis fetiches: azotes - Relatos Eróticos

Mis fetiches: azotes

... azotar y ser azotado. Busqué información y la encontré.

Las nalgadas eróticas, también conocidas con los términos de spanking erótico, azotainas eróticas, zurras eróticas o disciplina inglesa (en referencia al énfasis en el uso del castigo corporal en las prácticas de crianza y educación inglesas), se refieren al acto de dar una nalgada o zurrar a otra persona para la excitación o gratificación sexual de una o ambas personas involucradas.

Por Dios, solo leer esto subió mi excitación de 0 a 100. Y cuando lo probé de las manos de Sergio mi instructor de Pilates fue lo más erótico y primitivo que había llevado a cabo… hasta ese momento.

Ya que ha venido a mi mente Sergio diré que estoy muy cabreada con su actitud. Desde el último encuentro no he tenido noticias de él y he dejado de verle por el gimnasio, y yo que tenía grandes planes…

-Diana, soy Rosa como es festivo solo abren el gym por la mañana. Te apuntas al spinning?- Oh, spinning la última vez casi me tienen que sacar en carretilla. Pero ahora ya estoy más fuerte… podría probar. Y no me quiero perder las tetas de Rosa bamboleándose encima de una bici. Si, mi amiga Rosa me trae de cabeza, pequeña, gordita y con unos pechorros maravillosos.

-Claro guapa voy contigo. Pero ve llamando a una ambulancia por si acaso-

-Jajaja, la llamo también para mí que hace mucho que no voy-.

Tras varios días de fiestas y excesos no viene mal hacer cardio. -Venga Diana que hay que estar en forma para lucir palmito- esto me lo digo a mi misma a modo de motivación. Aunque vaya mucho al gym, soy como el resto de los humanos y me cuesta a veces.

Esa misma mañana escribí un poco en la web. Si, escribí. Llegó un momento que leer no era suficiente, ya no me podía restringir a renglones de palabras sobre otros y empecé a escribir yo. Durante un tiempo llenó ese vacío dentro de mí. Por lo menos en palabras mis fantasías se hacían realidad.

Una vez me dieron un consejo:"escribe sobre lo que conozcas, tus propias experiencias". Pero que coño escribo… si no tenía vida sexual. Pero no, estaba equivocada. Lo bueno de lo erótico es que no se basa exclusivamente en el acto sexual, si no que engloba todo una maquineria de estímulos y expectativas que alimentan la lujuria y la sensualidad.

Y en eso me basé, porque en estímulos no me gana nadie. Mi mente llevaba dos años avasallada con historias de mil y una formas eróticas y sensuales. Y eso unido a mi mente calenturienta, cada día pasaba por varías situaciones que me ponían cachonda… y las aproveché.

Cuánto más prolífica era más caliente estaba, y viceversa. Mis mejores relatos eran los que escribía cachonda perdida. Parecía que mi mente funcionaba a base de feromonas y esencia libidinosa.

Escribir y excitarse conlleva una gran energía y me dieron las 10 de la mañana,-pues nada a desfogar al spinning-. Antes de salir me la liaron buena en casa. Los mellizos estaban peleándose en el salón como animales. Me sacaron de mis casillas y llegué a ...