Mis fetiches: azotes - Relatos Eróticos

Mis fetiches: azotes

Ropa interior provocativa, juego de roles, juguetes sexuales. En algunos casos, incluso, la combinación de varios. Muchos son los objetos o partes del cuerpo que pueden ser fetiches sexuales para algunas personas.

Mi vida sexual ha sido anodina hasta ahora…

Después de la pandemia me encontré perdida y vacía. Supongo que a mucha gente le pasó lo mismo. El encierro, el miedo, la superación…

Tras esa experiencia solo te queda analizar cómo eres, cómo eras antes de esa prueba de la vida y, si sigues vivo, como quieres continuar.

Yo no lo hice inmediatamente pero supongo que empecé a allanar el camino leyendo lo que me apetecía en ese momento, lo primero fue el romance y las historias de amores imposibles. Hasta que cayó en mis manos una novela erótica: se convirtió en una auténtica obsesión, llegue a leer sin exagerar seis novelas escritas y dos online a la semana. Hacía lo imprescindible en mi vida normal para seguir, comer, dormir, trabajo, niños, casa… pero como no tenía relaciones sociales, ni prácticamente contacto con el mundo más allá de mis círculos cercanos, el resto del tiempo lo dedicaba a leer.

Así estuve prácticamente la friolera de 2 años, he leído todo lo que había en la biblioteca de mi distrito en la categoría de novela romántica que, para mi placer, incluía en su gran mayoría erotismo, sexo y dominación.

Mi cabeza ya estaba a mil por hora y tras mi cabeza fue mi cuerpo. Estar en un alto grado de excitación continuo produjo cambios como dejar de disfrutar el sexo con mi marido, consumir porno habitualmente y tener que masturbarme varias veces al día. Empecé a mirar en la red, que peligrosa es, buscando más y más estimulación para mi mente calenturienta.

Encontré Todorelatos y tuve una relación de amor/odio al principio. Me gustaba mucho el concepto de lectura rápida y al grano. Pero en la gran mayoría de las lecturas encontraba demasiada irrealidad, o una escritura descuidada y sin estructura. Cada uno tiene sus gustos y todos son respetables, entiendo que la temática sea amplia e inclusiva. Pero mal contado y sin cuerpo era lo que peor llevaba.

En la web cada vez hacía una lectura más eficiente. Ya tenía algunas preferencias claras y buscaba por temas, novedades… Si me gustaba algún autor en especial leía otros relatos que tuviera. Fui quitando paja tanto de contenido como de continente. Fui dejando un poco de lado las novelas para disfrutar de esta lectura rápida, erótica y placentera.

Empecé a tener gustos sexuales que antes no hubieran entrado en mis cánones. ¿Os acordáis de mi cuñada en el pueblo?... Es mucho pedir, resumo. Ella fue la que implantó la semilla en mi córtex cerebral. Me miró mientras daba la merienda a su hijo y va y le dice"Mira el culo de la tía, está para azotarlo". En el momento me dejó de piedra, pero mi cuerpo reaccionó con una sacudida interna. Azotes, azotes….

La idea deambulaba por mi mente y no me dejaba en paz. Acudí a los relatos y en efecto encontré muchos que hablaban de ...