1. Las refugiadas - Secretos y traiciones 2


    Fecha: 28/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... web a la que se había movido los datos desde el computador cuántico había desaparecido. Y ese era el único rastro que se tenía tras el ataque al mismo.
    
    En un par de días lo tendrían restaurado, pero restaurado era con la copia de hacía días, lo que no tendría señal de sus acciones, pues antes de esta llevaba meses sin intentar nuevos retos de cifrado. Estaba muy ocupado con las dos mujeres. Ya iba a recoger cuando Mercedes , una de las programadoras de su equipo, le llamó. Había averiguado algo: hacía seis meses el usuario de Arben se había logado en la empresa desde Madrid, desde un piso particular, al parecer, para acceder al ordenador cuántico. Pedro se alegró de usar siempre TOR y alguna de las empresas que contrataba para accesos intermedios en cada caso.
    
    —¿Cómo es que tenemos esto?
    
    —Se hizo una copia completa para actualizar el sistema. Y esa copia, por indicaciones de Microsoft incorporaba los log del sistema. Como solo se ha actualizado de nuevo una vez…
    
    —Ya, ¿y de otros sistemas?
    
    —No. Este lo iban a actualizar la semana que viene con los nuevos parches. La copia a realizar la habría machacado. El resto la más reciente es de la actualización que empezó hace tres meses y no hay nada.
    
    —Seis meses es un rastro muy frío. Pero mañana iré a averiguar.
    
    Envió un correo a Sandra Icardi , una de sus subjefas de área, indicándole que tomase su relevo en su turno y que reorganizase el resto y otro a Felipe, su subjefe de equipo, indicándole que iba a seguir una pista fuera de la oficina, que él tomase el mando del equipo. Como cortesía añadió a Elena como copia en el correo.
    
    Volvió a acercarse a su bar favorito, y alejado, para conectar a TOR y buscar una tarjeta telefónica. Era la misma tarjeta prepago que podía comprar en cualquier otro lugar, solo que ya activada y asociada a otra persona, alguien que habría cobrado un dinero por poner su nombre y documentación. Nadie se compraba una tarjeta de ese tipo para «solo llamar por teléfono», lo que hacía que poner ahí el nombre, en parte, fuese un riesgo.
    
    Adelantó parte del pago en Monero, una criptomoneda no pública (es decir que nadie podía seguir la transacción ) y el resto lo pagaría en efectivo. Compró dos tarjetas y las recogería en la tienda, así aprovechaba el viaje. Era un locutorio del barrio de Pelayo… no dejaba de ser irónico que esa zona estuviera ahora habitada por musulmanes en su mayoría. Después de pensarlo compró otro par a recoger en otro locutorio en Madrid.
    
    Antes de desconectar envió un par de correos y un bitcoin completo a una dirección de pago. Regresó a casa y llamó a Anastasia. La ordenó que preparase el equipaje. Pese a las indicaciones de la médica Pedro le dijo que la dejaba elegir si llevaba a o no sujetador al viaje. Ella eligió no llevarlo.
    
    Salieron esa madrugada, sobre las tres para emprender el camino a la capital de la nación, Madrid. Los seiscientos kilómetros de autonomía de su Tesla les dieron para hacer el viaje de una sola etapa y ...
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