1. Las refugiadas - Secretos y traiciones 2


    Fecha: 28/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... vistió para salir a la oficina. Se preparó un café con leche.
    
    —Anastasia. —Ella se acercó esperando órdenes. Iba vestida para empezar a hacer gimnasia—. Hoy te vas a librar de algunos ratos de ejercicio. Necesito que vayas a esta tienda de fotografía y preguntes cuanto tardan en volcar una película de 35 milímetros en digital.
    
    —¿Solo preguntar?
    
    —Sí. Además, tienes que preguntar cuando te lo pueden hacer, pues les llevaras el negativo y te esperaras a que acaben. Con lo que te digan veremos mañana. Cámbiate Rápido y te dejaré en la ciudad de camino a la oficina.
    
    Terminaba de tomarse el café con leche cuando Anastasia entró en la cocina. Ya iba vestida para salir.
    
    —Levántate la falda —dio Pedro tomado el royo de esparadrapo ancho—. Vamos a hacerte lo mismo que a Svetlana, para que cuando estés fuera te acuerdes de mí. —Señaló la mesa.
    
    Ella se puso en cuclillas encima de la mesa y levantó su falda. Él estiró del esparadrapo sacando una larga tira que cortó. La pegó desde la parte alta del pubis pasando por entre las piernas hasta llegar de nuevo casi a la cintura en la espalda. Luego pegó sobre ese extremo, empezando a unos quince centímetros a la izquierda y desplazándose hacia la derecha una tira horizontal. Fue soltando y pegando a lo largo de todo el perímetro hasta volver al punto inicial y solapar unos treinta centímetros. Cortó el esparadrapo. Cogió el lacre y el soplete de flambear. Anastasia se tumbó boca abajo. Dejó caer el lacre sobre el esparadrapo. Permitió que algunas gotas llegasen a caer sobre la piel. No siempre ponía lacre a Svetlana… hoy ni siquiera le había puesto el esparadrapo. Tomó el pequeño tampón de hierro que había encargado a juego con los hierros grandes y lo aplicó sobre el lacre.
    
    —Gracias Amo —dijo Anastasia cuando se puso en pie.
    
    —¿Y eso?
    
    —Por no sellarlo solo sobre la cinta.
    
    Pedro rio. No se acostumbraba a lo masoca que era esta mujer. Al regresar a casa Anastasia le indicó que en la tienda de fotografía le dijeron que no podían hacerlo, que la maquina la tenían en Madrid. Ellos la enviaban. Si quería esperarse tendría que ir en persona. Le dieron la dirección.
    
    Tardó una semana en recibir noticias de Yael. Ya estaba a punto de plantearse alternativas cuando recibió un dosier completo de Evgeniy Stepanov, alias Whittinghamo Inarkaevich pues con ese nombre estaba inscrito en el cuerpo diplomático, enviado por Yael. Se trataba del agregado cultural de la embajada. Era algo tan simbólico. Parecía que fuese de una mala película. La única diferencia con estas es que según Yael, Stepanov no pertenecía al FSB, el heredero del KGB, sino al GRU, al servicio militar. Lo más interesante era que frecuentaba un burdel del que había tenido noticias Pedro. Uno dedicado al BDSM, aunque en la comunidad en la red se decía que no respetaban las normas. Sería cuestión de viajar a Madrid, incluso en la actual crisis. Ya habían llegado a un punto muerto. La desaparición de la «empresa» alemana de la dark ...
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