La Muñeca de Goma - Relatos Eróticos

La Muñeca de Goma

... despierta y que ha descubierto algunos de los matices de su nueva forma. Muy bien. Bueno, tal vez quiera sentarse mientras le explico lo que le han hecho, esto puede llevar un rato".

Chelsea lo consideró y finalmente se dejó caer en el suelo, sentándose con las piernas cruzadas por un momento antes de levantarse sobre sus rodillas en su lugar, la sensación de su coño desnudo pero cubierto en contacto con el suelo enviando otro torrente de pura sensación a través de su cuerpo.

"Nos ha sido vendida, señorita Barnes. Sus padres decidieron que no estaba a la altura de su potencial y decidieron sacar algo de beneficio de otra manera. La cedieron a la Corporación GirlTech y la adquirimos anoche, como recordará".

¿Vendida? Estaba segura de que había sido idea de su padrastro. Él quería que fuese a la universidad o que intentase conseguir un trabajo "de verdad", y no se tomaba en serio su idea de tomarse un año sabático sólo porque estaba haciendo hamburguesas en lugar de viajar a dedo por Europa. Quería tiempo para averiguar lo que quería. En cambio, había decidido dejar que otro decidiera todo por ella, aparentemente.

"Si no reconoce el nombre de nuestra empresa", continuó la voz, y Chelsea ladeó la cabeza mientras intentaba recordar dónde había oído el nombre GirlTech antes, "Puede que conozca nuestra línea de productos más popular.

"Hacemos Muñecas de Goma".

El pánico floreció en ella una vez más y comenzó a tirar de su piel engomada, intentando desesperadamente apartar la sustancia negra de su cuerpo sin éxito.

Ella sabía lo que era una Muñeca de Goma, de acuerdo. Había visto a su padrastro, el cerdo enfermo, comprar una hace apenas un mes, y se había quedado desolada al saber que el autómata de goma había sido una vez su compañera de clase, Vera. No es que Vera, o ‘Labios Follables’ como la había rebautizado su padrastro, fuera realmente un robot. Era completamente autónoma y podía realizar cualquier cantidad de tareas de forma independiente. Pero también estaba completamente bajo el control de su padrastro, obligada a seguir cualquier orden que le diese, y la mayoría de ellas implicaban actos sexuales. Era, sobre todo, un juguete sexual viviente, incapaz de oponerse a cualquier acto degradante. No es que pareciersequerer hacerlo. Aunque Chelsea había pensado que Vera parecía abatida al principio, la recién convertida muñeca de goma se había vuelto cada vez más alegre cuanto más tiempo permanecía con ellos, y gran parte de ello parecía ser una respuesta positiva a todos esos actos sexuales, que parecían llenar a la chica de un placer extremo.

Habría sido algo excitante si Chelsea no hubiese sabido que era completamente irreversible. El acto de convertir a una chica en una muñeca de goma la transformaba por completo. Su cuerpo se convertía en un juguete viviente y cualquier parte de ella que fuese innecesaria era eliminada o desactivada, esencialmente. Más allá del soporte vital básico, sus órganos ya no funcionaban. Una ...