1. El Santero apenas me vio dirigiéndose a mi me dijo, además de que estas resalada, estas cruzada, y te tienen bien clavada.


    Fecha: 08/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Infidelidad Sexo en Grupo Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... por nada en especial, es que sentí una poquita vergüenza, hacer eso frente a ellos dos.
    
    Fue cuando la voz del Santero me dijo suavemente. “Empújalo dentro de tu coño, para que saques, lo que te han metido.”
    
    Como una autómata, comencé a meter y sacar la cosa esa, pero a medida que lo iba haciendo, no pude dejar de sentir cierto grado de placer, placer que a medida que continuaba haciéndolo iba creciendo, al penetrar completamente mi coño con esa figura de madera.
    
    La satisfacción que sentía era tan grande, me recosté completamente sobre el piso, mantuve mis piernas bien abiertas, mientras que con mis propias manos no dejaba de meter y sacar eso de mi coño viciosamente.
    
    Mientras que el Santero puso varias veces el pico de la botella en mi boca y tomé más aguardiente.
    
    Estuve haciendo eso, quien sabe por cuánto tiempo, hasta que finalmente entre gemidos y fuertes gritos de placer, que no sé cómo me atreví hacerlo, disfruté de un tremendo orgasmo.
    
    Tras el cual quedé completamente sudada, cansada y recostada sobre el piso, con la figura de madera fuera de mi coño, pero aun sujetada por una de mis manos.
    
    De momento comencé a sentir, como sabrosamente alguien, se encontraba lamiendo todo mi coño, y succionando mi clítoris de una manera que nunca antes había sentido.
    
    El placer que sentía era tal, que temí que, si abría los ojos, dejasen de hacerme lo que me estaban tan sabrosamente haciéndome.
    
    De momento sentí los labios de mi amiga contra los míos, al tiempo que sus manos acariciaban mis senos divinamente, y el Santero dejó de mamar mi coño, para colocar su verga dentro de mí.
    
    Si el aparato de madera que yo sostenía aun entre mis dedos era grande, cuando sentí que él me empujó su verga, entendí que era mucho más grande y gruesa que el juguete de madrea que yo sostenía entre mis dedos.
    
    Mi amiga dejó de besarme, y casi de inmediato colocó su peludo coño sobre mi boca, y sin que me dijera nada, de manera casi automática me dediqué a mamárselo.
    
    Por un largo rato el Santero y yo disfrutamos de un sexo como nunca antes yo lo había disfrutado, en cierto momento pensé en mi esposo, pero de inmediato me acordé de que él seguramente ni tan siquiera pensó en mi cuando se enredó con su secretaria.
    
    Por lo que continué disfrutando de todo lo que tanto el Santero, como mi amiga me hacían, hasta que no pudiendo aguantar más disfruté de otro tremendo orgasmo.
    
    Tras el cual me quedé tendida sobre el piso, hasta que sentí que ellos dos me pusieron boca abajo.
    
    Después sentí como los dedos de mi amiga, comenzaron a explorar mis nalgas, y a los pocos segundos, como al principio un dedo, seguramente embadurnado en vaselina, comenzó ella a introducirlo dentro de mi culo.
    
    Luego dos, y más tarde tres, hasta que finalmente ya me estaba incrustando sus cuatro dedos dentro de mi culo.
    
    Pero lo raro es que quizás como fue algo gradual, no puedo decir que me haya dolido, todo lo contrario, lo disfruté tremendamente, al punto que comencé ...