1. Isolda y yo (Parte II): Punto de vista de Isolda


    Fecha: 05/03/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Amorclandestino, Fuente: CuentoRelatos

    ... sueño una sola vez, este sueño, sino varias. Estaba claro que este sueño me intentaba decir algo sobre ella que aún desconocía pero ya intuía.
    
    Fue entonces en otoño de hace ya un par de años que eso que intuía sobre Cleo no podía ser más cierto y que hay veces que la realidad supera los sueños y la ficción. Fue a partir de entonces cuando mis sentimientos hacia Cleo se confirmaron aún más y se acrecentaron, hasta llegar a un punto que pasó a ser alguien más que una paciente para mí. Lo que empecé a sentir por ella fue algo que ya iba más allá de una sensación. Empezaba a ser algo muy cercano al amor que siento hoy hacia ella.
    
    Cleo tuvo un fuerte accidente doméstico que le dejó lesiones profundas tanto internas como externas además de una infección respiratoria, la tuvo que ir a recoger la ambulancia y estuvo ingresada durante casi tres meses. Fue en ese momento cuando la conocí de verdad. Yo estuve a su lado en todo momento dentro de mis posibilidades. Muy pendiente de su mejoría física (lo que me pertoca como profesional, al fin y al cabo) y también psicológica. Pudimos pasar momentos a solas, en los que ella me hablaba bastante de su vida y de su estado anímico y de salud mental. Nunca antes había conocido a una persona tan hermosa como ella, tanto por fuera como por dentro.
    
    Cleo es una chica Asperger. Muy luchadora, honrada, sincera, noble, dulce, sensible y con una alma pura y cándida. Muy trabajadora y con una carrera recién terminada. Una gran lástima que las circunstancias de aquel momento no la trataron nada bien. No estaba atravesando un buen momento de su vida. Llevaba casi unos tres años arrastrando un trastorno obsesivo y un bloqueo emocional importantes. A raíz de una mala situación laboral (en un trabajo que perdió) su estado empeoró hasta padecer de una profunda depresión y soledad. Me contó que es bisexual con mucha preferencia hacia las mujeres, que se «enamoró» obsesivamente de una mujer que vio en las redes sociales y que acabó todo muy mal. En fin. Mientras me contó todo eso, lloró desconsoladamente y acabé abrazándola con fuerza durante un buen rato. Me tuve que contener mucho para no llorar yo también, aunque fue imposible no derramar ninguna lágrima.
    
    Yo en el fondo sufría con ella. Había veces en las que ella estaba mal (ya fuera física o emocionalmente) que contenía con todas mis fuerzas mis ganas de llorar mientras la atendía (ya fuera haciéndole curas, administrándole medicamentos vía intramuscular...) y también mientras la consolaba en sus días más bajos. No podía, era superior a mí verla sufrir. Había veces que llegaba a casa llorando. Llegó un punto en el que su sufrimiento era también mío. Cleo despertaba mucho mi instinto protector, y ya no solo como paciente y profesionalmente sino también como persona y afectivamente.
    
    En sus días que estaba más animada (sobre todo los últimos de su ingreso) yo también era feliz. Verla sonreír para mí es lo más importante. Su sonrisa ilumina mi mirada y mi corazón. ...
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