1. Carmela


    Fecha: 04/03/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Bellota, Fuente: TodoRelatos

    ... grupos de cuarentones. Después de unos veinte minutos y asqueada por fumar un cigarrillo tras otro para darme contundencia, le mandé un mensaje para preguntarle si había tenido algún problema que le impidiera venir. Apenas guardaba mi celular en el bolsillo de mi abrigo que una carcajada de risa de mujer me hizo dar la vuelta. Era una chica alta, morena, con el típico corte serio a la Victoria Beckham, que se moría de la risa corriendo apurada, jalada por un hombre. Por Johan. Era evidente que habían empezado su noche hacía un momento y que estaban en la alegría de las primeras copas, hablaban fuerte entre dos risotadas y les costaba un poco mantener su trayectoria hacia la entrada. Johan me vio en el último momento, mientras iba a entrar sin prestarme la mínima atención.
    
    —¡Sandra! ¡Sí viniste!
    
    —Hola —contesté, incómoda.
    
    La chica que lo acompañaba y que me miraba con una sonrisa maravillada y un toque condescendiente no era guapa, no, era escultural. Una modelo. De los que posan con sus curvas encantadoras para la ropa interior más fina y sexy. Llevaba una chaqueta de simili negro y un mono beige que dejaba ver sus formas perfectas. Una cintura fina, unas piernas largas que anunciaban un culo precioso. Sus senos eran un encanto, no llevaba sostén. Los noté plenamente redondos y su ínfima forma de caerse dejaba imaginar con delicia su peso, que hacía que sus pezones miraban ligeramente hacia el cielo. Eran obviamente reales. Los quise mamar en seguida.
    
    —Te presento a mi novia, Carmela.
    
    —¡Encantada! —me dijo, regalándome un abrazo, cuyo entusiasmo no era fingido, junto a una ola de su perfume a vainilla.
    
    No me dejaron tiempo para contestar y entraron en la sala de concierto, invitándome a seguirlos con un gesto. Me sentí bastante tonta. Me había equivocado por completo. Johan no tenía las menores intenciones conmigo, o por lo menos, ninguna que llegara más allá de proponerme entretenimiento musical para esta noche. Les dejé acercarse al escenario y me dirigí a la barra para pedir una copa de vino. La sala estaba llena, la música agradable, el ambiente perfecto y había puras parejas a mi alrededor: iba a ser una noche muy larga y aburrida.
    
    Carmela vino a buscar un par de cervezas y me llevó con la mano hacia donde bailaban, pegados al escenario. Me sonrió, y sus labios finos y pintados de rojo volvieron a colocarse en su sitio natural, imbricados con los de Johan. Parecía que podían pasar horas así, bailando lánguidamente con los ojos cerrados. Un Lego humano. Encajaban perfectamente, eran guapos y los envidiaba. Con Carmela, tenía un sentimiento extraño. Normalmente, la hubiera sencillamente odiado, pero, al mirarlos, tenía también ganas de besarla y pegarme a su cuerpo para sentir sus senos cálidos contra mi pecho. Nunca había tenido nada con una mujer, fuera de un par de besitos con amigas mientras era estudiante, de borrachas y puro juego. Estaba un poco confundida y, tomando sorbitos del Cabernet mediocre que tenía en mi ...
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