1. Mi sobrina y su prima del pueblo 1


    Fecha: 04/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: CacharroLoco, Fuente: TodoRelatos

    ... sin importarles si las veían. Sonia me dijo:
    
    -Pasa por mi casa que tengo que coger ropa.
    
    -Oído señorita- le conteste poniendo voz de gangoso.
    
    Reímos todos y las puse al día de la peligrosa Claudia madre, y el rollo lésbico de Claudia hija y Esther. No salían de su asombro, y no paraban de reírse todo el camino.
    
    Lleguemos a casa y me parapete con mi sobrina de Claudia madre, que también es sobrina suya, pero de sangre. No como yo. La saludo ninguneándola un poco, y sin preguntarle por ella y su madre, y me dijo:
    
    -Haberme avisado hombre, así hubiera visto algo de Barcelona.
    
    -Es que ya iba tarde- me excuse.
    
    Sonia, se apiado de mí y me dijo:
    
    -Tito mírame esto que me sale, que no lo entiendo. -me dijo en el sofá con el portátil entre las piernas.
    
    - ¡Ah! ¿Qué Sonia es tu sobrina? -me pregunto extrañada.
    
    -Si, es sobrina adoptada, porque como hija me salía más cara. - le solté y reímos todos.
    
    - ¡Jajaja! Que guasa tiene este hombre. - dijo ella.
    
    Me senté junto a Sonia y el reposabrazos y enseguida llego mi sobrina y se sentó al otro lado escudándome. Claudia madre se frustró, y medio borracha le dijo a la hija que le pidiera un taxi, que se iba.
    
    Yo me hice el loco, por si se le ocurría que la llevara, y seguía con el problema de Sonia, que la pobre peleaba con mi sobrina por mi polla bajo el portátil. Se pellizcaban y alguno se llevó mi polla. Pero a mi polla le encanta que la maltraten mis dos gacelas.
    
    Claudia madre, mirando con aires de superioridad a mis chicas, se despidió de mí, dándome dos besos muy cerca de la boca, y se fue a follarse al taxista, seguramente.
    
    - ¡Ah! Por cierto, tito, mi madre viene mañana a conocerte, La e invitado que, si no, no me dejara venir.
    
    - ¿Es normal o es otra loca? - le pregunte riendo todos.
    
    ¡Nooo! ¡Jajaja! Si esta cañón. Ya verás- me dijo cómplice.
    
    Resople mirándome el paquete y volvimos a reír.
    
    Con mucha pena, me sobraban gacelas en casa. No había intimidad, y las chicas eran cada vez más descaradas. Lo ideal hubiera sido hacer una comuna hippie y todos contentos y mi polla más. Pero en la vida real hubiera acabado mal para mí y alguna de las chicas. Así que me propuse deshacerme primero de Esther, era rara y no era familia. La asustaría un poco, y seguro que se buscaba otra habitación.
    
    Cenábamos comida china, y sabía que Esther se volvería a sentar en la misma silla que durante la comida. La empuje hasta que no se podía mover más, por la pata de la mesa y cuando se sentó, estaba más pegada a mí, y vio que no se podía alejar. Cenemos y le empecé a rozar mi pierna mientras hablaba con Claudia de su madre, y nos contaba sus locuras de ninfómana liberada. Aparto la pierna y al rato se la arrime más descarado. Se le puso la cara blanca a la pobre. La movía arriba y abajo y notaba la suavidad de su delgado muslo. No decía nada, y hablaba con las demás resignada.
    
    Recordé como le metí mano a mi sobrina la primera vez, me levanté a coger una servilleta, y cuando ...
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