1. Su mascota


    Fecha: 02/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... aseo, allí me hace arrodillarme al lado de la ducha y esperar a que ella acabe, abre la puerta de la ducha y se seca, al agacharse para secarse sus piernas me mira y sonríe. Se seca los pies por último y se calza las zapatillas, se envuelve en la toalla y coge la correa y de vuelta al dormitorio. Allí sentada en la cama termina por secarse el cuerpo, luego saca de un cajón de la cómoda un secador y se pone a secarse el pelo, todo esto conmigo gateando de un lado para otro, de la cama a la cómoda, de la cómoda a la cama, arrodillándome cada vez que ella se sienta.
    
    Se viste y veo que coge su portatil, lo mete en su mochila y entonces compruebo que hay un momento en que no tengo que seguirla mientras se mueve. Abre el armario y veo que en el suelo es donde está la jaula, ella la abre y me quita la correa.
    
    .- Dentro perrito - entro en la jaula, realmente pequeña, entro más o menos justo. Ella cierra la puerta de la jaula y la cierra con un candado.
    
    .- Bueno, te iba a decir que no te movieras mucho pero veo que tampoco puedes, ya solucionaré eso. No hagas ruido y sé paciente, cuando regrese de la uni te soltaré.
    
    Diciéndome esto cierra el armario. Y así, en una oscuridad casi total, con una sensación de agobio alucinante, con todo el cuerpo entumecido. Con la boca seca, la sensación es horrible, el tiempo deja de tener sentido.
    
    Cuando se abre el armario y me mira, noto la cara que pone.
    
    .- Tendré que encontrar otra forma. - Abre el candado y me ordena salir, en cuanto me engancha la cadena jadeo con la lengua fuera. - Ahora te pongo agua. Se te han quedado marcados los barrotes.
    
    Reniega con la cabeza y en mi interior me alegro que desapruebe el encerrarme en la jaula.
    
    .- Te tendré que dejar fuera, atado y con acceso a un cuenco con agua. - me informa
    
    Ahora sí, me lleva a la cocina y allí me deja beber de un cuenco con la huella de un perro dibujada. Se queda a mi lado, de pie mientras bebo, sujetando con firmeza la correa. Se agacha y me acaricia el pelo.
    
    .- Vaya, estabas sediento. - Me gusta que me deje beber sin meterme prisa. Luego gateo tras ella hasta el dormitorio, donde se descalza, el olor que sale de sus converses es intenso, empalagoso, y ella lo nota.
    
    .- Olfatea mis zapatos - yo dudo un momento, la miro, humillo mi mirada, entonces se toca en el reloj que lleva y un violento chasquido en mi cuello me hace aullar de dolor. En cuanto me recupero meto la nariz en su converse y olfateo sonoramente.
    
    .- Obedece siempre a la primera y te ahorras el dolor - me dice con total tranquilidad, sin ninguna muestra de enfado.
    
    Me tiene un par de minutos con cada una de sus zapatillas converse. Cuando tira de mi para que saque la nariz de las zapatillas estoy algo intoxicado pero no puedo negar que me ha gustado.
    
    .- Venga goloso, ahora te dejo que me huelas los pies, pero en el salón.
    
    Y dicho y hecho, tras calzarse las zapatillas de andar por casa camina hasta el salón y yo, ya me estoy acostumbrando, a ir tras ...
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