Servicios Comunitarios - Relatos Eróticos

Servicios Comunitarios

... intoxicación pública y beber alcohol estando prohibido a menores de veintiún años, condenada por ser su segunda infracción a cumplir un mes en los estantes de violación. Sin embargo, la chica, que sabía tan bien como cualquiera de ellas que la esclavizarían de inmediato sin importar su crimen si la arrestaban una vez más bajo la regla modificada de los tres strikes para las prisioneras, no parecía preocupada. En cambio, gruñía de placer mientras temblaba con su primera violación del día, y de repente tuvo un orgasmo en una explosión de éxtasis que vio sus ojos rodar en la parte posterior de su cabeza mientras su violador continuaba golpeando su coño.

Rebecca se preguntó cómo la puta apenas legal podría estar disfrutando de su propia violación pública cuando una mano de repente acarició su trasero y se deslizó hasta su coño vergonzosamente húmedo.

‘Primera vez en el estante de la violación, ¿eh, puta?’ dijo una voz profunda detrás de ella. ‘No te preocupes. No seré amable.’

Rebecca gritó a través de su mordaza, pero las manos detrás de ella agarraron sus caderas y la mantuvieron aún más inmóvil de lo que ya estaba. Luego, antes de que pudiese tomar otro aliento para una segunda protesta inútil, una polla desnuda se introdujo en su coño con un movimiento suave.

Rebecca gimió ante la invasión, tanto en la miseria por su violación indefensa como en la vergüenza por lo fácil que su coño resbaladizo permitió la entrada. Sin embargo, también sintió un placer indefenso y se preguntó cómo podía disfrutar de ser convertida en un juguete sexual público para extraños.

Su violador comenzó a retirarse, luego empujó hacia adentro, forzando otro gemido agónico de Rebecca. Entonces él comenzó a golpearle el coño de verdad y ella gritó a través de su mordaza mientras era realmente follada como la puta condenada que iba a ser durante los siguientes cinco días.

En minutos, todo el cuerpo de Rebecca se apretó en éxtasis cuando rodeó la polla de su violador, ordeñando su semen en su útero afortunadamente infértil, ya que le habían dado el anticonceptivo temporal esa mañana, uno que duraría un mes y aseguraría que no terminase en una granja de cría debido a sus horas de servicio comunitario. La sensación la hizo correrse de nuevo casi instantáneamente y gimió derrotada al darse cuenta de que no era diferente a cualquier otra puta condenada a servicios comunitarios.

El hombre le dio una palmada en el trasero en broma. ‘Maldita sea, eres un buen polvo, zorra;’ le dijo. ‘Puede que tenga que pasarme de nuevo antes de que cumplas tu condena.’

Rebecca se sorprendió al darse cuenta de que deseaba que él lo hiciera, pero tuvo poco tiempo para contemplar sus pensamientos tan pronto como lo único en su cabeza fue la polla de otro hombre, empujando su boca abierta sobre su lengua lamiendo para follarla con abandono. Pronto fue golpeada por ambos extremos mientras otro hombre la violaba su culo, una sensación en principio dolorosa que, sin embargo, se ...