1. Servicios Comunitarios


    Fecha: 02/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: jessmartin, Fuente: TodoRelatos

    ... hacia atrás como estaba, no podía ver los estantes de violación, pero los escuchó mientras se acercaban. Media docena de chicas chillaban y gemían a través de sus mordazas, mientras que los hombres se reían y se burlaban de ellas mientras violaban a las criminales como parte del ‘servicio comunitario’ al que habían sido condenadas.
    
    Rebecca se puso de pie y le quitaron las esposas con un movimiento suave. Antes de que pudiera reaccionar de alguna manera, la estaban doblando por la cintura en forma de L hasta que su cabeza y muñecas bajaron a las muescas vacías de la siguiente picota situada en la plaza. La parte superior del estante de violación se bajó con un chasquido y luego se bloqueó en su lugar, después le quitaron las esposas de sus tobillos, forzándoles a abrirse de par en par antes de que cada tobillo fuese bloqueado con un grillete atornillado al suelo. Como toque final, la desabrocharon y quitaron la mordaza de bola, solo para reemplazarla inmediatamente por una mordaza de anillo aún más ancha, dejando sus tres agujeros abiertos y listos para usar.
    
    ‘Disfruta, puta;’ le dijo un oficial dándole una palmada en el trasero expuesto, su camisa se había levantado casi hasta el estómago. Rebecca chilló y escuchó a los dos oficiales reírse con dureza mientras se alejaban de la última prisionera.
    
    Rebecca se movió lo mejor que pudo en la picota, pero pronto descubrió que no podía ceder. Su cabeza y muñecas estaban firmemente inmovilizadas por los puños acolchados de la barra transversal, mientras que sus pies no solo estaban encadenados al suelo sin casi ceder, sino que sus piernas estaban tan abiertas que apenas podría haberlas movido de todos modos sin perder el equilibrio. Lo único que podía mover eran sus caderas, y el movimiento de balanceo de su trasero solo atraería a su primer violador mucho antes, así que se mantuvo tan quieta como pudo.
    
    Miró a su alrededor con su limitada línea de visión y vio algunos de los otros estantes para violaciones esparcidos en un semicírculo a lo largo de la plaza donde se encontraba el Palacio de Justicia antes de las puertas de entrada. Cada uno de los estantes contenía otra chica que cumplía su condena penal, ninguna de ellas una esclava, todas tenían garantizadas volver a sus vidas cuando terminase su condena, pero por ahora eran putas desnudas dispuestas para ser violadas sin remedio por cualquier extraño que pasase por allí. Y Rebecca era una de ellas, simplemente otro juguete para follar como la joven de veinte años que tenía enfrente, el cartel sobre su picota declarando que cumplía una sentencia de dos semanas por robar ciento cincuenta dólares en cosméticos, o la mujer de cuarenta años que acababa de ver en el borde de su visión, cumpliendo tres días por una licencia de conducir caducada.
    
    Rebecca miró a su izquierda y vio a la joven de dieciocho años que había sido sentenciada antes que ella. El letrero, que apenas podía leer, la declaraba culpable de romper el toque de queda, ...
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