1. El precio de la lujuria. Parte 2


    Fecha: 26/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Gays Autor: Mamama215, Fuente: SexoSinTabues30

    ... llevas follandome por dios. No puedo más. Ahhhh, me duele por dios. Paraaaa.
    
    Haciendo caso omiso siguió con las puñaladas en el orto, machacaba ese culo como si no hubiera un mañana.
    
    Al buen rato de seguir follandolo y estando a punto de correrse porque ya le daba pena de los gritos de dolor vio que de pronto quedó como inerte en la cama. Se había desmayado. Esto lejos de asustarlo lo motivó más y más caliente lo puso que tensando el cuerpo se corrió dentro del culo depositando 6 trallazos de leche.
    
    Ahí quedó quieto, todavía dentro de ese culo, intentando recuperar el aliento. Movió al joven intentando que despertara, pero ni se inmutó. Ya quedó más tranquilo cuando lo escucho roncar. Comenzó a reírse y saliendo de su interior se incorporó buscando su mochila donde tenía ropa más cómoda y se dirigió al baño para darse una ducha.
    
    Después de relajarse con agua tibia y vestirse con su pantalón de chándal y su camiseta salió del baño con la intención de despertar como sea a Javier para que se duchara.
    
    Al salir y ver al chico todavía tumbado durmiendo y con un río de leche saliendo por el culo se puso a observarlo, le gustó disfrutar de ese culo. Aunque lo había destrozado hasta el desmayo reconocía que el niñato tenía mucho aguante.
    
    Cuando de pronto sintió un dolor en el cuello y… se despertó en esa habitación.
    
    Ahí seguía con sus rodillas abrazadas al pecho llorando de angustia.
    
    Sabía de sobra quien lo tenía retenido. Sabía que follarse a ese mocoso le iba a traer consecuencias. Y ese miedo lo tenía paralizado.
    
    No tenía capacidad de saber que tiempo había pasado, pero de pronto se escuchó el cerrojo de la puerta. De inmediato saltó sobre sí mismo y se sentó en la cama.
    
    Después de abrirse la puerta entraron dos negros. Uno bastante grande como de un metro noventa cm, con una espalda grande. El otro era algo más bajo pero más delgado, aunque se veía ejercitado ya que se le notaba todos los músculos en la camiseta celeste que llevaba puesta. Este último llevaba un fusil de asalto en sus manos.
    
    Ambos se dirigieron hacia Pedro que sentado en la cama temblaba como un flan. El miedo lo tenía paralizado.
    
    Fué el más alto y fuerte quién le saludó.
    
    Mike.- hola, soy Mike y este es Allen. Estás aquí por orden de Don Ignacio. No te haremos daño, así que tranquilízate. Solo he venido para ver que estas bien y traerte algo de comer. Por ahora esas son nuestras órdenes y así actuaremos. El Don vendrá en unas horas para hablar contigo y ya se verá que es lo que decide. Mientras tanto come algo y después te acompañarán para que te duches.
    
    Se volvió hacia la puerta y gritó, «pasa Cris». Entró otro negro bastante delgado y mucho más bajo que Mike, solo vestía un tanga de hilo blanco y unas zapatillas. Portaba una bandeja con dos platos, un pan y un vaso de agua. Los andares eran totalmente femeninos, incluso más exagerados. Se acercó a Pedro y mirándolo con una sonrisa pícara le dejó la bandeja en una mesita junto a la cama. ...