1. Las amigas de Ana. Vacaciones con Carol. Parte 4


    Fecha: 16/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Escribidor, Fuente: TodoRelatos

    ... madre.
    
    –Bueno, Guarralupe –dije yo mientras me quitaba la camiseta–, creo que ya va siendo hora de que me demuestres de lo que eres capaz… A ver cómo me la comes.
    
    Ella bajó mis pantalones que yo terminé de quitarme junto a mis deportivas. Agarró mi falo, y empezó a lamerlo desde mis huevos hasta mi capullo, deslizando su lengua a lo largo de mi tronco. Mientras, yo acariciaba su coño con mi pie, introduciendo mis dedos en su vagina. Ella, borracha de lujuria, me sonreía como si me estuviese llevando al séptimo cielo. Yo decidí despertarla de su sueño. Directamente le pisé el coño, para luego decirle:
    
    –Para que me la chupen con cariño ya tengo a mi mujer, Guarralupe, de ti espero otra cosa –y agarrando de su pelo, le alcé la cara y escupí en su boca–. Cómemela como una puta.
    
    Y empecé a follarle la boca a un ritmo vertiginoso. Tras la primera arcada, en lugar de dejarla respirar, se la metí más a fondo. Cuando mi glande atravesó su garganta la solté, y ella empezó a toser y a escupir sobre el suelo.
    
    –Eres una cerda, mira cómo lo has puesto todo… Será mejor que lo limpies.
    
    –Mmmmm… sí amo, soy una guarra, perdón por haber escupido en su presencia cuando le comía la polla. Yo lo limpio, pero por favor, castígueme como merezco.
    
    Nunca me habían llamado amo. Mis juegos de dominación nunca me habían llevado tan lejos, pero en ese momento lo recibí con gusto. Guarralupe se puso de rodillas y empezó a lamer el suelo donde había escupido poniendo su culo en pompa. Yo cumplí sus deseos de ser castigada y le azoté con todas mis fuerzas. Cada azote retumbaba en toda la casa, su culo estaba completamente rojo, y sin embargo ella respondía a cada manotazo con un gemido largo e intenso. Seguía lamiendo y frotando su cara por el suelo ensalivado.
    
    Miré a su marido para ver cómo se estaba tomando esto, y me le encontré derrengado sobre la butaca, con su polla flácida y un charquito de semen en su estómago.
    
    Pues si esto es lo que quieren, me dije, por mí perfecto. Agarré el rojísimo culo de Guarralupe, separé sus nalgas y escupí en su ano. Vi cómo su esfínter se abría ante mí, consecuencia indiscutible de la excitación de la rubia, y pensé que lo de dilatar un culo antes de follarlo no era para las amantes del sexo duro de la talla de Guarralupe.
    
    Coloqué la punta de mi polla en la entrada del ano de la rubia, pisé con mi pie descalzo su cara, aplastándosela contra el suelo, y le introduje mi rabo sin compasión. No solo gimió desesperada en lugar de gritar de dolor, sino que noté cómo le temblaban las piernas y se corría intensamente con solo metérsela por el culo.
    
    –Mmmmmmmmm… joder, síííííí… –gritaba a pleno pulmón–, por fin…
    
    Estuve un buen rato percutiendo su culo sin pausa y sin piedad. Ella solo gemía y me pedía más. Yo acompañaba las embestidas con azotes que le estaban dejando marcas que tardarían días en desaparecer. Cuando por fin note que me corría, ella ya había alcanzado dos orgasmos más. Yo saqué mi polla de su culo y me ...
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