1. La casera enviciada (1/4)


    Fecha: 15/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: yanine10, Fuente: TodoRelatos

    ... erectos.
    
    Nuevamente admiré su cuerpo maravillosamente atlético con su barriga absolutamente plana y su estructura muscular bien definida... En realidad quería felicitarla por su hermoso cuerpo, pero de alguna manera parecía inapropiado hacerlo ahora... También dude que mi boca fuera capaz de formar palabras coherentes.
    
    Observé su cuerpo durante varios minutos y ella permaneció quieta como una estatua... El único ruido en la habitación era el sonido de una respiración agitada procedente de Anna y de mí.
    
    Nuevamente, Ewan me cogió del brazo y me condujo hasta el final de la cama.
    
    - “Inclínate de nuevo”, le ordenó a Anna.
    
    Y Anna se dobló por la cintura y volvió a colocar la cabeza sobre la almohada… Sin que se lo pidieran, arqueó la espalda y levantó las nalgas en el aire.
    
    Yo miraba directamente hacia la hendidura de sus firmes y redondos glúteos… Su arrugado ano rosado estaba claramente a la vista... Sus labios vaginales se veían claramente entre sus piernas bien atadas... Era una de las vistas más eróticas que he visto en mi vida.
    
    Me quedé mirando como una idiota sin sentido. Era como una droga de la que no tenía bastante... Era consciente de que me estaba otra vez sonrojado y mi frente sudaba… Estaba tan concentrada en Anna que apenas era consciente de que Ewan se dirigía a mí.
    
    - “¿Perdón?”, pregunté, obligándome a apartar la mirada de Anna.
    
    - “Tiempo de castigo”, repitió Ewan.
    
    - “¿Tiempo de castigo?”, repetí yo como una idiota.
    
    - “Sí, Lian… Ahora voy a castigar a Anna.”
    
    Luego se fue a una cómoda de unos seis cajones y abrió el superior... De él sacó un látigo de aspecto perverso... Era diferente al que lo había visto usar para castigar el montículo púbico de Anna... Este látigo era casi de la misma circunferéncia pero mucho más largo... Ewan balanceó su brazo sobre su cabeza haciendo silbar el látigo mientras cortaba el aire.
    
    Mis ojos se abrieron al ver esto y me asusté pensando que Ewan lo iba a usar para azotar a Anna.
    
    ‘¿Qué derecho creía que tenía para castigarla de esa manera?, pensé.
    
    Sentí ganas de gritarle que ninguna mujer merecía ser tratada de esta manera... Pero no lo hice... Sólo me alejé de ella... Mis ojos se movieron del látigo a las nalgas de Anna, luego de vuelta al látigo.
    
    - “¿Te vas?”, me pregunto Ewan en forma burlona.
    
    - “Me tengo que ir”... Me quería ir, pero mis piernas se sentían como si estuvieran clavadas al suelo.
    
    - “¿Te vas o te quedas para ver a Anna ser castigada?”
    
    Me obligué a concentrarme en Ewan... Lo miré profundamente a los ojos... Era difícil comprender que eran los ojos de un chico de diecinueve años... A los 42 años tenía la edad suficiente para ser su madre... Este pensamiento causó que otra dosis de autodesprecio corriera por mis venas...
    
    ‘¿Qué demonios estaba haciendo en esta habitación?’, pensé de nuevo.
    
    Alcé la nariz en el aire y murmuré con desprecio:
    
    - “Me voy... Estás enfermo, Ewan... Los dos estáis enfermos... Os sugiero que busquéis ...