La casera enviciada (1/4) - Relatos Eróticos

La casera enviciada (1/4)

... estaba abierta... Entré y les llamé por sus nombres… No hubo respuesta, pero pude escuchar un ruido al fondo del pasillo y caminé por él... La puerta del dormitorio estaba entreabierta... Estaba a punto de golpear esa puerta cuando vi a Anna y me quedé helada... Me quedé mirando, incrédula.

Anna estaba atada, espatarrada en la cama, boca abajo, totalmente desnuda, con las manos y los pies atados a cada esquina... Tenía también una cuerda atada con fuerza alrededor de su cintura, y luego pasaba por la grieta de sus nalgas y obviamente estaría atada en la parte delantera… Sus labios vaginales estaban divididos por la cuerda y desde mi punto de vista podía verlos sobresalir, rojos e hinchados... Las nalgas, los muslos y la parte superior de la espalda de Anna estaban cubiertos de ronchas rojas indicando que había sido azotada con algo.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza y temí estar presenciando algún tipo de agresión contra Anna… Sin respirar di un paso atrás, con la intención de retirarme a un lugar seguro y llamar a la policía, pero entonces, para mi sorpresa, Ewan apareció ante mí... También estaba totalmente desnudo y vi su pene semi erecto balanceándose libremente en su cuerpo atlético.

Mi mente estaba muy confusa… ¿Qué estaba pasando aquí?... Si bien al principio pensé que era un asalto de un intruso, ahora parecía que era una especie de actividad sexual pervertida y enfermiza, confirmando mi mala opinión que tenía de la juventud de hoy.

A pesar de mi disgusto por lo que estaba presenciando, mis ojos seguían fijos en la escena que estaba viendo a través de la puerta entreabierta... Ewan estaba desatando las cuerdas que sujetaban los tobillos y las muñecas de Anna a las esquinas de la cama… Una vez desatada, Anna se tomó un momento para frotar las ronchas rojas feas y dolorosas en sus nalgas… Pero en lugar de levantarse de la cama, se giró lentamente sobre su espalda, abrió las piernas y levanta los brazos sobre su cabeza... Ewan se movió silenciosamente alrededor de la cama, atando de nuevo las manos y los pies de Anna a las esquinas de la cama.

No pude evitar mirar sus pechos... Eran pequeños pero muy firmes, y aún mantenían su forma a pesar del hecho de que ella estaba acostada boca arriba… Sus pezones estaban erectos y apuntaban al aire.

Luego, Ewan desató la cuerda que estaba bien apretada alrededor de su cintura y la sacó de entre sus piernas... La región púbica de Anna quedó aún más claramente expuesta a mí… Se había recortado el vello púbico rubio que apenas cubria su región vaginal… Ewan desapareció fuera de mi vista por un momento y luego regresó, con un látigo corto, de aspecto cruel, sostenido en su mano derecha.

Gotas de sudor comenzaron a bajar por mi frente... Era muy consciente de que necesitaba hacer algo… O irrumpir y enfrentarme a los dos, o salir rápidamente de allí y lidiar con el problema de la renta más tarde.

Pero, incomprensiblemente, me quedé allí contemplando la depravada escena... Estaba ...