1. Mi Ama me convirtió en un perro


    Fecha: 14/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: TodoRelatos

    ... muy en celo que te sientas.
    
    Esta de ahora es tu última oportunidad de hablar como una persona hasta el domingo, mi amor. Así que dime si lo has entendido, si tienes alguna duda, alguna queja o cualquier cosa. Piénsalo bien, mi amor. No deseo fallos, ¿vale?”
    
    Te miraba con ojos de “perro pochón”, asumiendo lo que ocurriría hasta el domingo. Quería participar en los juegos. Aunque otros disfrutaran de ti, quería hacerlo yo también. Pero por otro lado, no podía disimular mi erección. Me había puesto dura y estaba goteando por mi colita, lo que no escapó a tus ojos y, antes de que pudiera decir nada, dijiste riendo:
    
    “¡Qué puta eres, mi amor! No hará falta que me digas demasiado, porque tu colita está hablando por ti. Pero bueno, quizás desees matizar algo. Adelante. Te escucho”
    
    Nada más escuchar tus palabras noté que me sonrojé. Una mueca de vergüenza y humillación que me habías dicho muchas veces que te volvía loca. Tosiendo y tragando saliva para poder hablar, te dije:
    
    “Está claro, cariño. Seré tu perro este fin de semana, pero me gustaría pedirte ser partícipe de los juegos de algún modo. Un día entero sin disfrutar de ti de ningún modo mientras otros lo hacen se me va a hacer eterno. Por favor Lai. Te lo ruego. Haré lo que quieras”
    
    Te reíste y me dijiste que sabías perfectamente que haría lo que quisieras, porque soy tu puta y siempre ha sido así, pero que lo habías pensado mucho, y este fin de semana no serías más que un perro. Y matizaste:
    
    “Pedro, mi amor. Nadie se cree la historia de Ricky Martin y la mermelada. No me has visto nunca que me abra de piernas para que un animal me coma el coño, ¿verdad? Tampoco me habrás visto meterle los pies en la boca a un perro de verdad, así que vete olvidándote de esas cosas. Este fin de semana serás un perro, y yo actuaré como lo haría en el caso de que los dueños de la casa hubieran dejado aquí a sus dos perros. Con indiferencia. De hecho alégrate de que declinara la opción que me ofrecieron, porque en tal caso, tendrías que haber compartido jaula con ellos. Pero por si acaso, he preferido no arriesgar.
    
    Me quedé en silencio, apretando mi mandíbula. Me preguntaste si estaba de acuerdo con todo y si tenía alguna duda, y te contesté con voz ronca que estaba todo claro, y que no tenía ninguna duda. Entonces, me dijiste que me pusiera de pie y cogiera del baúl la máscara rosa de perro, la cinta americana, mi collar con la correa, la mordaza roja de bola con agujeros y el plug con cola de zorra que tanto te gusta. Me levanté y aproveché para estirar un poco mis piernas, siendo plenamente consciente de que esos estiramientos no me estarían permitidos a partir de ahora, y no pudiste evitar sonreir y decirme.
    
    “Me excitas tanto, cariño… eres tan riquiño”
    
    Te acerqué lo que me habías pedido y me ordenaste ponerme de rodillas, con la cabeza entre tus piernas. Mientras colocabas la correa, me dijiste:
    
    “Te quiero muchísimo, mi amor. Gracias por todo lo que me das. No olvides que eres el ...
«1234...8»