Una Aventura diferente - Relatos Eróticos

Una Aventura diferente

... mis preocupaciones para bajar la basura al cubo. Realmente, ese fin de semana era bastante tranquilo para mí, por lo que cogí la bolsa de la basura para abrir la puerta de mi casa. Entonces, salía mi vecina que se llamaba Patricia junto con tres amigas. Todas iban muy bien vestidas, muy arregladas y con maquillaje, así que se supe que se iban de fiesta. Rápidamente, las saludé.

–Hola, buenas noches Patricia. –dije yo.

A las restantes amigas no las conocía, así que me contenté con saludarlas educadamente admirándolas, porque eran tan bellas y guapas como mi vecina.

–Hola, Eugenio. –dijo Patricia junto con las demás,

–Os dejo pasar primero, ya que vais con prisa. –dije yo.

–¡Muchas gracias! ¡Qué tengas una feliz noche! –dijeron ellas.

–Igualmente. –dije yo.

Ellas bajaron por el ascensor, mientras esperaba a que volviera, para darle al botón de llamada. La verdad que tanto mi vecina como sus amigas no estaban nada mal. Iban muy guapas y atractivas. Todas llevaban una falta con unas medias junto con unos tacones altos de aguja junto con unas blusas. Se notaba que iban a una gran fiesta como si fuese una despedida de solteras o una fiesta de la empresa o quizás una fiesta de típica de fin de semana. Sea como fuese, el ascensor vino de nuevo así que entre en él, para bajar a la calle. Justamente cuando abría la puerta saliendo por la puerta, pasaban tres mujeres muy bien vestidas por la acera de enfrente. Me acerqué al cubo, abriendo la tapa para ir depositando las bolsas de basura, mientras que las miré detenidamente cuando pasaban por delante de mí, así con la excusa de echar las bolsas mi mirada iba dirigida no sólo el cubo sino a ellas. Una de ellas era la misma que había visto esa tarde comprando en el supermercado, por lo que al verla de esa forma fue impactante. Las tres eran de raza negra, muy guapas y muy bellas, se notaba que iban a salir de fiesta por ahí. Noté que llevaban unos vestidos largos con zapatos de tacones altos, largas uñas pintadas de rojo, negro, blanco. Los zapatos eran de esos que eran descubiertos en los que se podía ver los dedos de los pies. Sin duda, un método de seducción que atraería la mirada de muchos hombres e incluso de mujeres.

Ellas me miraron un momento para seguir hablando entre ellas algo que no se entendía desde la posición en la que estaba. De todas maneras, al terminar de meter las bolsas, veía como se alejaban aquellas hermosas mujeres, las cuales no dejaban de llamar la atención, ya que atraían todas las miradas de la gente que pasaba por la calle en esos momentos. Por la pinta que me daban, creo que eso les gustaba, como seguramente a todas las mujeres que fuesen a una fiesta. Me giré para darme la vuelta y entre en el portal para volver a subir a mi casa. Me había instalado hacía poco en mi apartamento. Al principio, me llamó la atención la tranquilidad del lugar, junto con la situación en la que se encontraba el apartamento. Debía de tener unos 120 m2, por lo que estaba muy bien. ...