Una Aventura diferente - Relatos Eróticos

Una Aventura diferente

... placer las esclavas. –¡Zas!, –¡Zas! –¡Zas! –¡Aaah, aaah, aaah! –gemían las esclavas de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemían de placer las esclavas. Detrás de eso, cogieron las cadenas, tirando de sus cuellos para llevarlas al baño, donde las enchufaron con agua, y las lavaron con jabón y gel depilador estimulante que las puso a cien por hora, para sacarlas y llevarlas a la habitación donde las metieron en tres jaulas, y apagando la luz, las encerraron.

Las esclavas pensaron que quizás así, podrían descansar, pero estaban muy equivocadas. La jaula era a medida, de manera que su culo y cabeza, pechos y todo el cuerpo se ajustaba a la jaula. De pronto sintieron una polla gigante entrando por su culo y salieron rápidamente, comenzando a entrar otra por sus vaginas del mismo tamaño y otra por su boca. Las Amas encendieron las cámaras a grabar y se marcharon, dejándolas en esa situación, siendo folladas durante todo el día desde la mañana hasta la noche. Cuando fueron a sacarlas estaban gimiendo, corriéndose como unas perras en celo, gimiendo como locas excitadas y cachondas. Las Amas las sacaron de las jaulas, quitándoles todos los artilugios de sus agujeros de sus cuerpos, para llevárselas de rodillas al salón donde tenían unos cuencos con comida masticada, comida de perros.

–¡Venga a comer, perras! –ordenó Ama Diana.

–¡Guau, guau, guau! –respondía ellas.

Mientras comían como perras toda la comida mezclada, con sus sobras, escupitinajos, comida de perros, ellas hablaban de sus cosas, como las sesiones que los sumisos las habían cancelado, por lo que estaban muy enfadadas, así que estas pobres pagaron el plato. Tanto Ama Inma como Ama Claudia o Ama Diana, jugaban con sus pies metiendo sus pies en os cuencos, pringándose los dedos, mientras sus esclavas lamían sus pies y comían de sus pies la comida, con mucho placer. Sus caras eran de satisfacción, humillar a unas jóvenes a ese nivel de humillación, de denigración y sometimiento, dándose cuanta que el método de adiestramiento usado en la fiesta para ellas, para someterlas y domarlas como a yeguas salvajes, había dado sus frutos. Sin duda alguna, estaban aprovechando un momento puntual, ya que las habían cogido de una marea no del todo correcta, pero esas horas, iban a pasarlo muy bien.

Entonces, cuando terminaron de comer todo, les pusieron sus pies delante, y ellas se pusieron a lamerlos y a limpiárselos hasta dejárselos limpios, ya que las muy zorras, habían estado caminando descalzas, así que los tenían sucísimos. Para unas personas normales, lamer sus pies sucios con mezcla de alimentos, era lo más asqueroso que podía hacer una persona, pero no un animal. De forma, que se certificaba que eran esclavas y perras, ahora, dejando atrás su humanidad y todos sus derechos como personas libres. Ahora, eran unas esclavas y perras de mierda, dispuestas a satisfacer a sus Amas/os en el futuro. Ya empezaba a ser tarde, pero durante un rato estuvieron dándoles ordenes como, siéntate perra, levanta la ...