1. LIBERTAD CONDICIONAL


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Gays Autor: sigma2077, Fuente: SexoSinTabues30

    ... Repliqué. Ja! Si no hubieras sido un idiota, no estaríamos aquí. Sino en casa, tranquilos.
    
    Bueno, pero ahora hay que soportar estas semanas. Y portarse bien. No sea que me separen nuevamente de mi mujer e hijo.
    
    ¿Tienes un hijo? Le pregunté.
    
    Si, se llama Joshua. Tiene apenas 8 años. Yo salí hace un año de prisión, mi mujer había quedado embarazada en una visita conyugal, luchó contra su familia, porque le decían que debía abortar, que iba a ser el hijo de un delincuente, aún así, ella llevó el bebé hasta que lo parió. En todo este año he mantenido el empeño en dar lo mejor de mí, y ni siquiera me habían multado, ahora, no voy a poder darle su beso de buenas noches, ni servirle el desayuno. Todo por tu culpa.
    
    ¿Mi culpa? Jajajaja esa está buena. Mira, Dylan, vamos a pasar un mes aquí. Mejor nos la llevamos bien. ¿No crees? Voy a ver qué preparo de cenar, mientras, te vas bañando, ya esos meaos apestan.
    
    Jajaja… Y tus axilas también, parece que una familia de enanos hubiera muerto en tus sobacos. Dijo riendo mientras se dirigía al cuarto a buscar un paño para secarse. Al salir, se dirigió al baño, y al pasar por la cocina me dijo:
    
    Realmente, no tengo hambre, lo que sí tengo, es cansancio. ¿Hay como para hacer unos emparedados?
    
    Creo que sí. Le respondí.
    
    Bueno, veré qué tal eres haciendo los emparedados, dejo la puerta abierta. Por si acaso. Y entró al baño.
    
    Yo estaba haciendo los emparedados mientras él se bañaba, y oír el agua correr me dio ganas de orinar. Golpeo suavemente la puerta y entro al baño. Dylan tarareaba una canción, y no se había percatado de mi presencia, hasta que oyó el chorro de mis meaos.
    
    Ya voy a salir, me dijo. Menudas ganas de orinar tenías.
    
    Lávate bien, para que no huelas a meaos. Le dije mientras terminaba de escurrir las últimas gotas. Escuché cuando cerró el grifo de la ducha y se comenzó a escurrir. No sé por qué, pero saber que estaría solo con él, ese tipo cuarentón, aproximadamente de 1,80, blanco cabello rojizo, cuerpo de gimnasio de prisión, aunque por las cortinas se veían buenas piernas, y también unas buenas nalgas, durante todo este tiempo, me estaba haciendo imaginar cosas que despertaban mi morbo. De un momento a otro mi verga morena oscura, comenzó a tomar rigidez. Lo cual había hecho que se me cortaran las ganas de orinar. Y me extrañó, porque nunca había pensado en nada por el estilo, en prisión no fui participante de ninguna violación, jamás.
    
    Salí del baño en silencio y dejé que él se secara y se vistiera. Aunque esto último fue lo que no hizo. Salió muy tranquilo con la toalla amarrada a la cintura y se sentó junto a la chimenea a secarse.
    
    Preparé café y le dije que estaba lista la cena. Se sentó a la mesa de comedor y me vio como en el comedor de la empresa, para luego soltar un resuello y hacer una pequeña broma al dar el primer bocado:
    
    Cariño, es la mejor cena que he tenido en años…
    
    Que bueno que te guste, porque vas a lavar los platos y poner la ropa a lavar ...
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