Noche de Chicas (2) - Relatos Eróticos

Noche de Chicas (2)

... reprimir mis gemidos.

- ¡Ahhhh, Ahhhh, siiiiii, siiiiii, mi amor! ¡Sigue, sigue, me gusta mucho!

Vicky movía su lengua en circulitos sobre mi coño, la metía dentro, la sacaba, mordía mi clitoris con sus labios, lo estiraba, era delicioso, me sentía en el paraíso, no quería que aquello terminara nunca.

- ¡Maaas, maaass, por favor! - pedía entre gemidos.

- ¡Tu coño está cada día más rico, Marisa, es mío para follarlo como yo quiera! - me dijo ella - ¡Tú eres mía, Marisa!

- ¡Soy tuya, mi amor!

Aquello era tan intenso que no podía dejar de temblar, no sabía donde sujetarme, apretaba la cabeza de Vicky contra mi coño hasta que al final este explotó. Gemí, grité y me estremecí con un placer que no había sentido nunca. Después quedé sentada en el suelo y Vicky me abrazó y me besó.

- ¡Eres maravillosa, Vicky! - le decía entre besos.

Tú también, nena - me contestó ella - Pero ahora tienes que vestirte.

- Has hecho que olvidara que estamos dentro de tu tienda.

- Lo estamos cariño, mira.

Vicky señaló al suelo donde había un charco con mis flujos vaginales que habían salpicado también al espejo.

- Lo siento - me excuse avergonzada. - Como tenga que entrar alguien a probarse algo...

- No tienes nada que sentir - me tranquilizó ella - Ahora lo limpio y ya está.

Le di otro beso y comencé a vestirme mientras ella se arreglaba un poco y limpiaba aquel cuarto. Cuando las 2 estuvimos listas, salimos al mostrador de la tienda, Vicky abrió la puerta de la misma que había cerrado con llave antes de entrar al probador. Había una chica joven esperando, yo metí la caja del bikini en una bolsa y con una sonrisa, que ella correspondió, y un hasta luego me despedí de Vicky que siguió con sus quehaceres en la tienda. Esta vez si que nos dimos nuestros números de teléfono, así que pronto iba a volver a estar en sus brazos otra vez. Estaba un poco preocupada por si Nuria llevaba mucho rato esperándome en el bar pero todavía no había llegado. Lo hizo un poquito más tarde que yo y con varias bolsas de zapatos bajo los brazos.

- Siento el retraso, Marisa - se excusó Nuria - pero había tantos zapatos que me gustaban que he tenido problemas para elegir. Como no estabas para ayudarme...

- No me necesitas, Nuria, tú tienes buen gusto.

- ¿Te encuentras bien, Marisa? Si normalmente dices que mi gusto es horrible.

- En este momento creo que es maravilloso, todo me parece maravilloso

- Repito, ¿Estás bien?, ¿Te has tomado algo raro mientras me esperabas?

- Solo un café y antes he comprado mi bikini, nada más.