Noche de Chicas (2) - Relatos Eróticos

Noche de Chicas (2)

... También me preguntaba repetidamente si yo era lesbiana. Es cierto que nunca me habían atraído las mujeres pero tampoco demasiado los hombres, como he dicho para mi el sexo había sido algo secundario, y cuando me casé estaba muy enamorada de Víctor, y creo que todavía lo estoy, pero no por su físico, aunque es un hombre muy guapo, a mi gustaban otras cualidades suyas. En fin, aquello era un pensar y no parar que no me llevaba a ninguna parte. Quizás debería de haber hablado del tema con alguien pero no sabía muy bien con quien, mi amiga Nuria, por ejemplo, era muy superficial, mi madre no me iba a comprender e iba hacer sentir mal a mi marido si le contaba algo. Quizás alguien de fuera como un sicólogo pero me daba mucha vergüenza. Así que decidí no hacer nada y continuar con mi vida como si nada hubiera pasado y tratar de ignorar mis deseos. Aunque me masturbaba muchas veces cuando estaba sola pensando en Vicky. Y no podía llamarla porque no llegamos a darnos los teléfonos. Si que pensé varias veces en volver al bar donde la conocí pero acababa echándome para atrás. Así que creía que todo quedaría así pero el destino tenía otros planes.

Había pasado justo un mes desde mi encuentro con Vicky, aquella tarde me encontraba en un centro comercial de compras con Nuria. Ir con ella de compras significa pararse en cada tienda que ve y examinar casi cada artículo que tienen.

- Vamos a esa de allí, Marisa - me decía Nuria cogiéndome de la mano - tienen unos zapatos que me encantan.

- Mi querida Nuria, llevamos toda la tarde de aquí para allá mirando todo lo que tú quieres - le repliqué yo con cierta desesperación - Llevo toda tarde diciéndote que necesito un bikini y todavía no he podido ver ninguno.

- ¡Vamos a los zapatos y luego miramos los bikinis, Marisa!

Entramos en la tienda y la recorrimos de arriba a abajo, cosa que empezó a desesperarme pues yo quería mi bikini.

- Vamos a esa tienda de ahí que parece nueva - le dije cogiéndola esta vez yo de la mano a ella - luego volvemos con los zapatos.

- ¡Hay que ver como eres Marisa! - me respondió contrariada - Déjame probarme aquellos rojos.

Se ve que no había manera, así que me harté, le dije a Nuria que quedábamos en un rato en un bar del centro comercial y me fui sola, y algo enfadada, a la tienda nueva. Era una tienda relativamente pequeña en comparación con las demás. Miré un poco el escaparate y entré dentro. Era una tienda pequeña y, entonces, no había nadie, la dependienta se encontraba en el cuarto de dentro ordenando unos papeles.

- Hola, ¿puede atenderme alguien? - pregunté en voz alta

- Un segundo - me contestaron desde dentro - ahora salgo.

Al escuchar aquella voz me quedé paralizada y, todavía más, cuando la dependienta salió del cuarto, pues no era otra que Vicky. Su cara, con aquellas grandes gafas, y su peinado no habían cambiado, iba vestida con un traje de falda blanca con una blusa violeta, estaba muy guapa y elegante. Yo iba informal con unos vaqueros y ...