1. Mi profesora se convierte en mi putita


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: No Consentido Autor: lissyta, Fuente: TodoRelatos

    ... estaba perplejo, jamás imaginé lo que pasaría a continuación.
    
    Con un pie, dio varios golpecitos en la silla indicándome que la pusiera delante de ella. En mi posición de negociar nota, ni me planteé para qué lo quería y la obedecí, los profesores a veces son así, unos déspotas. Entonces, mientras me hablaba, se desabrochó el primer botón de su pantalón tejano, despistadamente, como si no tuviera nada que ver con lo que estábamos hablando.
    
    - No solo te daré el punto que deseas para llegar a 5, te daré 4 más si me demuestras que no eres un niñato arrogante, sino un hombre de verdad. Quiero que, por una vez en la vida, algo no te la sude y te esfuerces como si te fuera la vida en ello o… en este caso, el trabajo.
    
    Creo que literalmente abrí la boca del asombro. A mis 23 años nunca había estado en una situación así, y mucho menos con una mujer tan guapa como ella. Sonrió y me acarició el pelo con una mano, casi maternalmente y, sin decir nada más, se bajó los pantalones y las bragas, todo de uno, hasta los tobillos, dejando su coño literalmente delante de mi cara.
    
    No podía apartar la vista de ahí. Me llegaba una suave fragancia dulzona y vi que les brillaban los labios inferiores, que asomaban ligeramente entre los superiores y el pelo oscuro. Porque tenía pelo, no muchísimo, pero sí pelo, se notaba que no se lo había arreglado recientemente y, no sé por qué, ese detalle todavía me puso más cachondo.
    
    - Ahora estamos solos en el ala sur, pero en una hora llegarán las chicas de la limpieza, así que yo de ti me daría prisa si quieres conseguir esos 4 puntos.
    
    Era tan estúpida como en clase, altiva y arrogante, pero incluso siendo consciente de lo loco (¡e incluso humillante!) que era ese chantaje, me apetecía comerle el coño, así que empecé. Acerqué mis manos a sus caderas y la sujeté con firmeza para, acto seguido, besárselo con suavidad. El beso me dejó los labios húmedos de sus fluidos, pues estaba empapadísima y con ese detalle ya puse el piloto automático.
    
    Le agarré el culo con fuerza y hundí mi cara en su coño, moviendo la lengua con fuerza, comiéndomelo sin control. Ella empezó a gemir con suavidad. Usé mis dedos para ayudarme y a los tres minutos estaba gimiendo y casi chillando de placer, pero me apartó la mano con un manotazo y me dijo “los perros no usan las manos, lame”. Sé que era humillante, el trato que me daba tanto en clase como en ese momento era casi el mismo, pero iba cachondísimo y sentía la polla a punto de explotar bajo los pantalones. Seguí con la lengua mucho rato, solo acariciando sus caderas y culo, lo que básicamente me permitía, hasta que, finalmente, me agarró la cabeza con las dos manos y empezó a soltar fluidos sobre mi cara mientras me apretaba con fuerza y jadeaba. Se corrió muchísimo y tragué todo lo que pude. Tras eso me soltó suavemente la cabeza y se quedó medio traspuesta en la mesa, con el coño brillante y los pezones erectos transparentándose a través de la camisa verde que llevaba.
    
    A los ...
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