1. Mi profesora se convierte en mi putita


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: No Consentido Autor: lissyta, Fuente: TodoRelatos

    En el curro nos pusieron una fecha límite para sacarnos un curso de programación; en menos de dos años todo el mundo debería tener esa acreditación oficial. Me daba mucha pereza apuntarme, como con todo lo relacionado con el curro, así que no me inscribí hasta el segundo año (el último), estando convencido de que me lo sacaría sin problemas.
    
    El curso era bastante intensivo y si bien me parecía difícil, creí que lo estaba siguiendo muy bien hasta que llegó la primera prueba y, ante mi asombro, suspendí. No me afectó en absoluto, a mis 23 años me la sudaban la mayoría de cosas, pero sí me preocupó por el curro; si no conseguías la acreditación no tardaban mucho en echarte y poner a otra persona.
    
    La profesora del curso era una mujer de unos 30 y pocos años y, la mayoría de alumnos rondaban al ecuador de la veintena. En las clases no interaccionaba con nadie, me daba mucha pereza hablar con esa panda de incels y además yo solo iba ahí para obtener el título y a next cosa. Me la sudaba y ni siquiera disimulaba el hastío que me producía todo aquello. Con la única persona que había hablado era con ella, con la profesora. Me quedaba embobado viendo como se movía por esa tarima, cómo gesticulada, movía esa boca perfecta para explicar y el suave movimiento de sus tetas cuando se apresuraba al ordenador para bajar el audio de una exposición. Me ponía perrísimo. Y ya os confieso que me hice más de una paja fantaseando con ella.
    
    Al inicio todo era normal, pero a la cuarta semana de curso le dio por empezar a hacernos preguntas aleatoriamente sobre lo que explicaba, según ella para dinamizar la clase y que todos participáramos. Las veces que me preguntó, por mi extrema timidez me bloqueaba y respondía seco, sonando algo borde y, muchas veces, con errores. Incluso si conocía perfectamente la respuesta me bloqueaba y terminaba respondiendo muy secamente y con algún error. No sabía qué me pasaba, odiaba esa presión que sentía cuando ella me preguntaba, y empecé a odiarla también a ella.
    
    No sé si fue recíproco o qué pasó, pero poco a poco mi relación con esa mujer fue derivando a hastío: empecé a odiar sus clases, donde lo único interesante era mirarle el culo e imaginar que la azotaba, que me la follaba a 4 patas hasta hacerla chillar, que le retorcía los pezones y le hacía cosas horribles… Las veces en las que no fantaseaba con eso, simplemente la llamaba “puta” internamente cada vez que me interpelaba y mi respuesta no era correcta, parecía que ella disfrutara dejándome en evidencia. Porque si algo empezó a hacer ella, no sé hasta qué punto para humillarme o motivarme más, fue preguntarme más que al resto. Alguna vez, cuando fallaba, hacía algún comentario despectivo en voz alta como “me lo imaginaba…” y le daba el turno a otra persona.
    
    Fueron pasando los meses y llegó la primera avaluación tras el primer semestre. Cuando entré en el campus virtual y vi que tenía un 4 no me lo podía creer. Si bien es cierto que en clase me ponía nervioso, era ...
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