1. Pervirtiendo a una lesbiana


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... abrieron nuestras piernas y comenzaron a rozar nuestras rajitas con sus glandes, estas seguían tremendamente sensibles a sus caricias y observé como Candela cerraba los ojos y su respiración se entrecortaba… me encantó observar su rostro congestionado por el placer y volví a lamer sus labios buscando su lengua juguetona.
    
    Alex me colocó a cuatro y acto seguido el otro chico hizo lo propio con Candela, nos colocaron una frente a la otra… las dos nos mirábamos expectantes con el rostro congestionado por el deseo, una dulce espera que nos llevaría a un dulce castigo. En ese momento el chico que estaba tras Candela la empitonó… el pubis del chaval chocó contra el culo de Candela y esta se movió hacia delante a la vez que de su boca emanaba un gemido, acto seguido fue el otro el que me llenó de su erección y lo sentí penetrar en mi vagina hasta el fondo...
    
    También gemí, también mi rostro se convulsionó ante la nueva acometida y también mi cuerpo y mis tetas te balancearon al chochar el cuerpo “fibrado” de Alex contra mi culo en pompa.
    
    Lo sentía, sentía su movimiento de bombeo lento y tortuoso entrando y saliendo de mis entrañas, sentía el roce de su polla en el interior de mi vagina y la maravillosa presión cada vez que mi coñito lo abrazaba, Sentía sus manos en mis caderas atrayéndome hacia su dura erección para después recular.
    
    Pero en mi mente estaba Candela… la observaba frente a mí. Abría la boca buscando el aire. Cada embestida de aquel chico era un jadeo de ella. Cada vez que sus cuerpos chocaban, ella temblaba y sus pechos se balanceaban como un péndulo.
    
    Por un instante miré a mi lado… los voyeurs habían aumentado, había más personas disfrutando de la escena en la habitación… la pareja que anteriormente se magreaba, ahora se había convertido en trio y la chica jovencita se encontraba ahora entre dos fuegos, dos fuegos que la recorrían y devoraban. Era morboso sentirme observada, me ponía tremendamente cachonda, ser el oscuro objeto de deseo de aquellas personas
    
    A la vez que el chico que montaba a Candela aumentaba su cadencia el mío lo imitaba. Las embestidas comenzaron a ser más y más posesivas y secas, Las dos jadeábamos y nuestros jadeos se mezclaban con el sonido de cuerpos chocando. Una…, dos…, tres…, cuatro…, una y otra vez los chicos nos castigaban con su bombeo y conforme aumentaba la cadencia, aumentaba el riesgo de derramarnos.
    
    Observe su musculatura tensarse mientras gemía, extrajo su polla de Candela y varios chorros de semen se derramaron sobre su culo, al instante fue Alex quien tras varias acometidas que llegaron hasta mi útero, se corrió sobre mi trasero que al instante sintió la calidez del semen impregnando mi piel.
    
    No hubo mucho romanticismo en aquellos chicos para los que tan solo habíamos sido un par de furcias con las que aliviarse. Las dos quedamos en aquel colchón abrazadas con el resuello todavía en nuestra respiración, intentando recobrar las fuerzas que nos habían arrebatado.
    
    Cuando volvimos ...