1. Disciplina doméstica: mi mujer y mi suegra cap 5.


    Fecha: 24/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: sumisso, Fuente: TodoRelatos

    ... una jaula de barrotes de un metro de alto. Pequeña pero lo necesario para enjaular a alguien sin que pudiese moverse ni escapar. Mi nueva mujer me dio un beso enorme en los morros que casi me desencaja la mandíbula, radiante de felicidad se acercó a la jaula:
    
    -¡Vas a pasar el fin de semana dentro de ella sin poder escapar ¡- Me dijo sonriendo mostrando su felicidad.
    
    Vivimos momentos muy felices. Expandí mi negocio, abrí otro bufete de abogados, más grande que el anterior, estaba inspirando y radiante de felicidad. Deseaba regresar a casa después de un día duro de trabajo a encontrarme con mi mujer, un nuevo castigo o humillación me esperaba al otro lado de la casa. Me encantaba que me tratase como una puta, una cridada y muchas veces como mi mujer dominante donde hacía cuanto ella quisiese sin rechistar.
    
    Regresaba a casa por la noche y podía encontrarla sentada en la mesa con un gran plato de verduras preparado para mí.¡¡ Odiaba las verduras¡¡, Se enfundaba sus largos guantes de goma hasta el codo y agarraba el plato:
    
    -Ahora te vas a comer todo como un buen marido -. Agarraba las verduras entre sus guantes de goma e introducía su mano enguantada en mi boca hasta el fondo sin darme opción a escupirlas. Esposado a la silla.
    
    Me esperaba en la cama todas las noches, a veces dormíamos abrazados, otras me esperaban con su arnés con un enorme pene de goma anclado a su sexo. Siempre había nuevas ideas, ya fuese por mi parte o por la suya. Una de las noches, encontré a la señora Claudia mi mujer, enfundada en sus guantes de goma y sentada en el borde de la cama con su arnés. Me acosté sobre la cama para ser penetrado, mi señora me rectificó:
    
    -¡¡ No, nooo. Hoy te vas a sentar en mis rodillas dentro del arnés ¡¡- Me ordenó con una sonrisa enamorada.
    
    Deseaba regresar a casa cada noche y encontrarme a mi mujer. Aunque a veces salía el ogro que lleva dentro y acababa en el garaje encadenado al potro recibiendo una gran paliza de su correa de piel granulada. Era realmente sádica con su correa. Era mejor obedecerla siempre.
    
    Salíamos muchas noches a cenar a un restaurante, la encantaba meterme un zapato de tacón dentro del culo dentro del pantalón y al sentarme en la silla del restaurante denotaba su cara de felicidad observando mi dolor. Era realmente sádica y la amaba.
    
    Mi exmujer, la señora Ariana, fue muy feliz junto a su marido Jean Paul. Viajaban por todo el mundo y siempre que podían venían a visitarnos. Todos habíamos encontrado nuestra felicidad.
    
    Agradeceré sus comentarios en:sumisso22@yahoo.es 
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