1. La Mansión


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Hetero Autor: Alex Blame, Fuente: TodoRelatos

    ... envidia. La mujer parecía estar experimentado una cascada de orgasmos, cada cual más intenso que el anterior. Aquellos dedos se movían con rapidez sobre el pubis de la mujer alternando los movimientos circulares con rápidas penetraciones. Fue entonces cuando empezó a notar algo raro, la mujer parecía no respirar bien. Los ojos de la víctima parecían salirse de las órbitas, a la vez que boqueaba e intentaba deshacerse de una presa que no existía. A pesar de todo, del terror y de la asfixia, la mujer no dejaba de masturbarse y en pocos instantes le llegó otro último y bestial orgasmo.
    
    La doctora miró en ese momento la cámara térmica y vio como una oleada de frío se extendía por el pubis de la joven y se expandía por su cuerpo con tonos azulados. Estrella paró la grabación y la volvió a reproducir justo en ese momento.
    
    —Esto no tiene explicación. —dijo ella.
    
    —Como la sustancia hallada dentro de su vagina. Dices que no es flujo vaginal, pero tampoco especificas su naturaleza.
    
    —Todos los análisis han dado negativo. Solo sé que es gelatinosa, de color púrpura y hay algunos aminoácidos y algún neurotransmisor, pero nada concluyente. —dijo la patóloga— Podría ser algún metabolizo del agente tóxico.
    
    —Quizás tenga algo que te ayude con el misterio. —apuntó el policía mostrándole a la doctora una bolsita con lo que parecía una astilla de madera.
    
    —Ve a la cámara 1 al minuto 3 y medio. —la mujer obedeció y el policía señaló el momento en que la joven parecía pincharse con algo al acariciar la columna del dosel— y otra vez en el doscientos siete.
    
    Ramos le señaló la pequeña mancha de sangre que se veía en la columna cuando la mujer se había estado masturbando de cara al dosel de la cama.
    
    —Tuve una charla muy interesante con el mayordomo. Al parecer la cama está hecha de una madera que trajeron de Cuba. He estado investigando un poco y con la ayuda de los registros de la compra, que aún conservaba el mayordomo (un loco de la historia que conserva y mantiene aquella casa como si fuese un museo) logré averiguar el nombre del árbol. Los indios lo llamaban el árbol de la muerte* y usaban su savia para envenenar su flechas.
    
    La mujer cogió la bolsita de pruebas con la astilla y la examinó con curiosidad.
    
    —No será muy difícil hacer un sencillo análisis ahora que sabe lo que busca. —dijo el teniente— Es más, la vieja contrató a la mujer porque había pasado la noche en la habitación y había vivido una experiencia inexplicable. Le pregunté si había sufrido alguna herida y casi no lo recordaba, pero finalmente me mostró un pequeño corte ya cicatrizado en la palma de la mano.
    
    —Entiendo. Es una teoría interesante, ambas mujeres se intoxicaron, la anciana como solo se pinchó una vez solo sufrió un mal sueño, pero la joven investigadora se pinchó varias veces. Creo que en la autopsia señalé que había hasta cinco arañazos distintos en ambas manos. No me costará demasiado comprobarlo... Me pondré con ello ahora mismo. —dijo la forense abandonando ...