1. Los sueños no se hacen realidad, son una realidad


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... llegado a ese punto, grito como si me fuera la vida en ello. Jamás he sentido nada semejante. El enorme e incansable falo artificial se mueve a una velocidad vertiginosa golpeando incesantemente en mi cuello uterino, y yo sigo bramando de placer, pero, paralelamente, es una sensación casi intolerable. Al mismo tiempo que gozo, deseo que termine pronto, y después de innumerables berridos me viene un potentísimo clímax en el que tengo que retroceder para sacarme completamente el pene mecánico, expulsando un potente chorro de pis que desparramo por la máquina, salpicando también a mis anfitriones. El pistón continúa accionado y mi cuerpo se convulsiona una y otra vez con el potente orgasmo recibido, pero retrocedo de los golpes que la polla de plástico me está asestando en el coño.
    
    Mi anfitriona apaga el artefacto y el pistón deja de increpar mis bajos, sin embargo, aún tengo unas últimas convulsiones derivadas del placer, acompañadas de unos últimos chorros de pis de menor intensidad. A continuación, desabrocha las correas que mantienen sujetas mis piernas.
    
    — ¿Qué te ha parecido? —me pregunta la mujer gato.
    
    Todavía estoy sin resuello y tengo que recomponerme para responder.
    
    — Ha sido muy… salvaje, —respondo todavía jadeante, después de buscar calificativos para describir las sensaciones.
    
    Tengo mucha sed y le pido al misterioso amante un vaso de agua. Me lo bebo de un trago y quiero agradecerles la experiencia, pero también quiero decirles que debo marcharme, entonces un profundo sueño me atrapa y necesito echarme en la cama porque no me aguanto en pie.
    
    Oigo voces. Alguien intenta despertarme, pero de nuevo mis párpados se resisten a abrirse, aun así la voz persiste y noto que alguien me sacude el hombro para despertarme.
    
    —Señora… señora. Despierte. Hemos llegado.
    
    —¿Qué?, —respondo sin saber lo que dice, ni donde me encuentro. Abro los ojos de par en par y compruebo que estoy en la puerta de mi casa y no logro entender nada de lo ocurrido. El taxista espera a que le pague y yo tardo en reaccionar, pero cuando lo hago le doy diez euros más de lo que marca el taxímetro. Le pregunto al taxista si sabe quien me ha dejado en el taxi y me mira como si estuviera ida.
    
    Cuando entro en casa mi marido me recrimina por haber tardado, pero ahí queda la cosa. Mi cabeza intentar procesar información, pero por más que lo intento todo me parece cada vez más confuso y no sé si todo ha sido real o tan sólo fruto del sueño.
    
    Subo a mi habitación y me desvisto para darme una ducha intentando convencerme a mí misma de que debo de haberme quedado dormida en el taxi y que todo ha sido un micro sueño en el que el concepto del tiempo opera de forma diferente. Cuando me quito las bragas reparo en que flujos y semen se deslizan en cantidades importantes por mi pierna. 
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